Ha causado mucha polémica en la opinión pública la designación del Gobierno del presidente Daniel Noboa. Son asesoras y directoras que eran identificadas cercanas al correísmo, me refiero puntualmente a Carolina Jaramillo y Marcela Holguín. ¿Son adecuadas estas designaciones?
Analicemos detenidamente. En la reciente historia del país, han existido varios casos de “cambios de tendencia”, empecemos por Oswaldo Hurtado, en sus inicios políticos, fue muy cercano a la izquierda, rozando la extrema izquierda. Fue el principal opositor al gobierno de Febres Cordero, con el pasar del tiempo, el expresidente Hurtado ha sido más cercano a la derecha que a su ideología inicial. Lucio Gutiérrez llegó al poder de la mano de Pachakutick, conocidos por su marcada ideología izquierdosa, inclusive el discurso de Lucio era más cercano al chavismo que al capitalismo. Pero el expresidente cuando estuvo en el poder fue diferente, inclusive designó a Mauricio Pozo como su ministro de Finanzas, un prestigioso y capacitado economista con una tendencia muy clara.
El más reciente, Lenin Moreno, quien llegó al poder de la mano del correísmo, fue el candidato “mimado” del prófugo expresidente Correa, pero a los pocos meses Moreno gobernó con una tendencia muy diferente a la que fue electo. Hoy, es amado por una tendencia y posiblemente el ecuatoriano más rechazado por los correístas. En la otra vereda, está Jaime Nebot, siempre identificado con la derecha, fue el delfín de León Febres Cordero, pero hace pocos años, cambió su ideología y se lo ve más cercano al sentenciado Rafael Correa.
Soy un convencido de que para ejercer un cargo público debes tener dos cualidades innegociables: capacidad y honestestidad, la ideología política o su pasado en determinado en partido político no debe ser un obstáculo para ejercer estas funciones. Si felicito al presidente Noboa por poner en práctica lo del Nuevo Ecuador, rodearse de gente preparada para el cargo designado. Tanto Jaramillo como Holguín, han demostrado saber del tema para el cual han designadas.
No caigamos en la ridícula postura del prófugo Rafael Correa, quién criticó a su alcalde Aquiles Álvarez por contratar como defensor al abogado Ramiro García, por el simple hecho de ser “anti correísta”.
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