México celebró este domingo una elección sin precedentes a nivel mundial: por primera vez, más de 2.600 jueces, entre magistrados locales y nacionales, fueron sometidos al voto popular. Pero la participación apenas alcanzó el 13%, un dato que encendió las alarmas y que, para el estratega político mexicano Israel Navarro, revela el fracaso de una reforma que “politiza y debilita” al poder judicial.
“La mayoría de los mexicanos cree que la justicia necesita un cambio, pero este proceso fue una simulación electoral”, advirtió Navarro en entrevista con Contacto Directo. “No se votó por méritos ni trayectoria, sino por lealtad al régimen”, dijo, al referirse a la estructura electoral impulsada por Morena, el partido en el poder.
La reforma, propuesta por el expresidente Andrés Manuel López Obrador en el tramo final de su mandato y ejecutada por la actual presidenta Claudia Sheinbaum, buscaba que los jueces fueran electos por voto directo. Pero según Navarro, el verdadero objetivo fue “copar el sistema judicial con perfiles afines al oficialismo”.
La elección estuvo marcada por un proceso complejo —con hasta nueve boletas por elector—, escasa información sobre los candidatos y la ausencia de una campaña financiada por el Estado. “La mayoría de nombres eran desconocidos y los propios candidatos tenían que pagar su campaña”, explicó el analista. Según él, muchos votantes recibieron instructivos —”acordeones”— con las listas de jueces afines a Morena por los que debían sufragar.
“El mérito ya no importa. Lo que importa es la lealtad al régimen”, sentenció Navarro, quien también alertó sobre denuncias de vínculos con el narcotráfico entre algunos postulantes. “Esto oficializa la politización de la justicia”, dijo, al advertir que se está desmantelando la independencia judicial para instalar una estructura subordinada al poder político.
“Blindarse judicialmente”
Para el analista, la baja participación electoral refleja un “rechazo a las formas” y no necesariamente al cambio judicial. A su criterio, el objetivo del gobierno es blindarse: “Poner jueces que no los contradigan ni los procesen. Jueces que se deban a ellos”.
Navarro también denunció un patrón en el que el oficialismo ha intentado desmantelar organismos que funcionan como contrapeso: desde el INAI (órgano de transparencia) hasta el Instituto Nacional Electoral. “No estamos ante un modelo venezolano, pero sí con tintes peligrosamente similares: la captura de todos los poderes”.
La presidenta Sheinbaum, quien goza de un alto respaldo según las encuestas, respaldó este proceso bajo el argumento de que México es “el país más democrático del mundo”, ya que los tres poderes del Estado se eligen por voto. Pero Navarro fue tajante: “¿Democrático? Solo participó el 13%. Esa cifra habla por sí sola”.
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