l anuncio del presidente Daniel Noboa sobre la reactivación de la obra pública, con la promesa de 200,000 soluciones habitacionales, ha despertado optimismo en sectores vinculados a la construcción, aunque persisten dudas sobre su financiamiento.
Darío Herrera, exministro de Vivienda y Transporte, advirtió que “no hay plata para eso”, señalando que el presupuesto de inversión del Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda ronda los 60 millones de dólares, cifra insuficiente para cubrir el ambicioso plan.
Por su parte, Caridad Vela, socia fundadora de la revista Clave, destacó que la obra pública es fundamental no solo por su capacidad de generar empleo, sino también por su impacto en la calidad de vida de los ecuatorianos, especialmente en vialidad, salud, agua potable y conectividad. “Esto es lo que el país necesita”, afirmó.
El arquitecto Luis Valero Brando, presidente de Construdipro, coincidió en la importancia de impulsar infraestructura resiliente y de calidad. Destacó proyectos que incorporan tecnología antisísmica, como el Sky Building de Guayaquil, y subrayó que “los costos de estas innovaciones han disminuido con el tiempo, haciéndolas más viables”.
Aunque el discurso oficial menciona la construcción de grandes obras como el quinto puente en Guayaquil, la ampliación de la E25 y la modernización de los puertos, expertos advierten que concretar estas metas requerirá no solo inversión, sino también una gestión eficiente y alianzas público-privadas.
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