El uso del ozono como herramienta en la agricultura está ganando terreno como una alternativa eficaz, ecológica y libre de residuos frente a los métodos tradicionales de tratamiento de cultivos. Esta tecnología, promovida por empresas como Cosemar Ozono, permite mejorar la salud, calidad y productividad de los cultivos, al tiempo que reduce el impacto ambiental.
Uno de sus principales beneficios es la disminución del uso de productos químicos agresivos como plaguicidas y fungicidas. Gracias a su poder biocida, el ozono elimina microorganismos patógenos sin dejar residuos tóxicos, lo que contribuye a una agricultura más limpia y segura para el suelo, el agua y los alimentos.
Además, su aplicación mejora las propiedades del suelo. A diferencia de ciertos tratamientos químicos que pueden afectar negativamente la microbiota, el ozono mejora la oxigenación, el drenaje y la estructura del terreno, sin dañar microorganismos beneficiosos esenciales para el equilibrio del ecosistema agrícola.
Otro aspecto destacado es su utilidad en la gestión del agua. El ozono permite desinfectar el agua de riego y limpiar sistemas de distribución como goteros o depósitos, sin necesidad de compuestos como el cloro, evitando así la acumulación de sustancias nocivas en suelos y fuentes hídricas.
El ozono es una tecnología de residuo cero. Al descomponerse rápidamente en oxígeno, no deja contaminantes en el ambiente, lo que lo convierte en una opción completamente sostenible.
Desde Cosemar Ozono se impulsa la formación sobre esta herramienta a través de cursos especializados. Su director general, Ángel Manuel Sereno, insiste en que “el ozono no es el futuro, es el presente” y anima a los agricultores a incorporar esta solución ecológica como parte de su compromiso con una producción más saludable y respetuosa con el medio ambiente.
0 comentarios