La reciente emboscada en Alto Punino, provincia de Orellana, que cobró la vida de 11 militares ecuatorianos, expone la gravedad del control que ejercen grupos armados vinculados a la minería ilegal en la Amazonía ecuatoriana. El exgobernador de Sucumbíos, Darío Domínguez, alertó sobre el preocupante nivel de infiltración y corrupción dentro del Estado y las fuerzas del orden.
Durante una entrevista concedida al programa Ecuadorenvivo, Domínguez advirtió que la operación que terminó en tragedia no fue un accidente, sino un ataque cuidadosamente planificado que contó con información privilegiada proveniente del interior de las propias instituciones de seguridad.
“Esta emboscada evidencia claramente que los grupos criminales han logrado infiltrar fuerzas militares y policiales. Esto no ocurre sin complicidad interna”, afirmó el exgobernador.
Domínguez aseguró que la ausencia histórica del Estado en estas zonas fronterizas ha facilitado el dominio de grupos armados extranjeros, como los Comandos de la Frontera, quienes operan en alianza con organizaciones delictivas locales como Los Lobos. Destacó también que estas estructuras criminales han adquirido un poder logístico y militar capaz de enfrentar directamente al Estado.
El abogado señaló que los operativos aislados, aunque masivos, son insuficientes. “Tras estos despliegues puntuales, la fuerza pública se repliega y la ilegalidad regresa con mayor fuerza”, explicó. Propuso establecer concesiones mineras legales para las comunidades, con controles ambientales rigurosos, como una alternativa económica sostenible que reemplace a la minería ilegal.
Asimismo, insistió en la urgencia de fortalecer institucionalmente el control territorial y propuso una reforma integral que involucre coordinación entre fuerzas armadas, organismos de inteligencia y entes legislativos para evitar que estas tragedias se repitan.
Domínguez llamó a una depuración inmediata en las fuerzas del orden para evitar más filtraciones y traiciones internas. “Si no aprendemos de esta historia, la tragedia volverá a repetirse con consecuencias aún más devastadoras”, advirtió.
El exgobernador enfatizó el papel crucial que juegan los medios de comunicación para mantener viva la discusión pública sobre estos temas y presionar por soluciones reales. El ataque no solo ha sido una pérdida humana, sino una señal contundente de alarma sobre el poder del crimen organizado en Ecuador.
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