La Asamblea Nacional se acaba de estrenar con 151 miembros, es decir que aumentó en un 10% a los 137 existentes de su predecesora, pero también acaba de romper esquemas en diferentes sentidos.
El primero, se ha roto la hegemonía de que la presidencia sea cooptada por Alianza País, hoy Revolución Ciudadana, desde el 2008 que se reinstaló luego de su disolución en el 2007, puesto que, desde ese periodo hasta la actualidad, de los 10 presidentes que ha habido 7 pertenecieron a sus filas, aunque Virgilio Saquicela, que era independiente, también se podría contar como de ellos.
En segundo lugar, el bloque mayoritario electo de la RC de 67 legisladores se ha visto disminuido con 18 disidentes, por lo pronto, dejando que el grupo de ADN, con 66 pase a ser el protagonista del legislativo que, aunque no son mayoría, están realizando alianzas para lograr consensos tal como se lo demostró en la elección del nuevo presidente de la AN, Niels Olsen, de ADN, que ganó con 80 votos.
Por otra parte, existen características singulares que la hacen diferente a las anteriores. Por ejemplo, su edad promedio es de 42 años, 3 años menos que la anterior, de los cuales 10 son menores de 26 años; entre 27 y 42 años, hay 72; entre 43 y 58 años, hay 53; y, mayores de 59, 16. De los 151 asambleístas 83 son hombres y 68 son mujeres.
Otra característica particular es que 68 legisladores fueron reelectos, es decir, un 45%. Respecto a la formación académica, 24 asambleístas, 16%, no tienen registrado ningún título universitario. En relación a su distribución geográfica, 59 son de la Sierra, 54 de la Costa, 15 del Oriente, 2 de Galápagos y 6 del exterior, aunque Guayas es la provincia con mayor número de asambleístas, 24, seguida de Pichincha con 19. A todos estos deben añadirse, por supuesto, los 15 nacionales. Esta distribución corresponde a los resultados del nuevo censo que registra un aumento de la población y, por lo tanto, esas provincias también deben aumentar su cuota de representatividad en la Asamblea.
Como ecuatorianos, esperamos que esta nueva Asamblea sea el inicio de una nueva forma de hacer política y que, el reelecto Presidente, Daniel Noboa, encuentre en ella la gobernabilidad que necesita. Ya no hay excusas para el anunciado nuevo Ecuador.
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