Tras la despedida a los once soldados asesinados en una emboscada en Sardinas, en el Alto Punino (provincia de Orellana), el Ejército del Ecuador abrió una investigación interna para determinar si los grupos criminales Comandos de la Frontera y Los Lobos compraron información confidencial del operativo a miembros de las Fuerzas Armadas.
La hipótesis, considerada la más fuerte hasta el momento, apunta a que el poder económico de estas organizaciones podría haber corrompido a militares involucrados en la planificación. “El poder económico que tienen podría, posiblemente, doblegar el espíritu de un soldado”, dijo a Ecuavisa el comandante general del Ejército, Henry Delgado.
Las autoridades buscan esclarecer por qué fallaron los planes elaborados con inteligencia previa y, para ello, se revisa toda la planificación y los protocolos ejecutados antes, durante y después del operativo de la Cuarta División del Ejército. El alto mando no descarta que alguien dentro de la institución haya “soplado” los detalles de la operación a los grupos insurgentes.
“Las investigaciones serán las que nos pueden afirmar o negar aquella suposición. Es una hipótesis que no la descartamos”, agregó al medio televisivo Delgado.
Mientras tanto, la ofensiva militar en la zona continúa. Desde el sábado 10 de mayo, el Ejército ha desplegado acciones en el límite entre Orellana y Napo contra Comandos de la Frontera y Los Lobos, ahora declarados objetivo militar. Se reporta que cuatro de los 35 atacantes estarían heridos y se ha detectado su ruta de escape hacia Colombia.
En paralelo, la organización Napo Ama la Vida entregó videos que muestran balaceras y maquinaria pesada en la zona días antes del ataque, lo que evidencia la creciente violencia impulsada por la minería ilegal, que según Delgado se ha convertido en “un monstruo de mil cabezas”.
“La guerra ha iniciado”, sentenció el general.
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