Phoebe Gates, hija del cofundador de Microsoft, Bill Gates, sorprendió al público al mencionar en el pódcast “Call Her Daddy” que su padre padece de Asperger. Aunque la afirmación fue hecha en tono anecdótico, generó un amplio debate sobre el diagnóstico y la condición.
Bill Gates nunca ha confirmado oficialmente un diagnóstico de Asperger. Sin embargo, en su autobiografía “Source Code” (2025), expresó que si hubiera crecido en la actualidad, probablemente habría sido diagnosticado dentro del espectro autista. Gates ha hablado abiertamente sobre sentirse diferente y tener dificultades en interacciones sociales durante su infancia.
El síndrome de Asperger, ahora considerado parte del Trastorno del Espectro Autista (TEA), afecta la interacción social, la reciprocidad emocional y los patrones de comportamiento. Las personas con Asperger suelen tener una inteligencia media o superior, habilidades lingüísticas bien desarrolladas y una inclinación por intereses específicos. Sin embargo, enfrentan desafíos para leer señales sociales y adaptarse a cambios en su entorno.
La revelación de Phoebe Gates ha reavivado la conversación sobre la neurodiversidad y la importancia de comprender y aceptar las diferencias cognitivas. Figuras públicas como Elon Musk también han compartido sus experiencias con el espectro autista, contribuyendo a una mayor visibilidad y comprensión de estas condiciones.
La discusión en torno al Asperger y el TEA continúa evolucionando, destacando la necesidad de empatía y apoyo para quienes viven con estas condiciones.
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