Está en marcha el proceso para la solicitar la revocatoria del Alcalde de Quito, Pabel Muñoz. Se ha iniciado para recolectar las firmas necesarias, 206.000 aproximadamente y así continuará con el proceso legal que puede llevar a Quito a un nuevo período electoral.
La principal razón por el cual empezó es poco clara, se lo acusa de haber participado en anteriores campañas electorales, por ejemplo, en la de la excandidata de la Revolución Ciudadana, Luisa González. Pero ya fue juzgado y sentenciado por ella. El alcalde Muñoz aduce que ya se inició un proceso legal en su contra y fue sancionado. La normativa legal vigente prohíbe que a una misma persona se le inicie dos juicios por una misma causa. Los acusadores dicen que sí se puede hacer, porque son dos instancias diferentes. Esto es en la teoría.
Ahora, en la práctica, los quiteños dicen que la revocatoria debe ir, porque Pabel Muñoz no ha sido un alcalde que cumpla sus funciones a cabalidad en temas de ejecución presupuestaria, ventas ambulantes en el Centro Histórico, en la ciudad y otras deficiencias que sienten y ven los ciudadanos, es decir, la no solución a los múltiples problemas que tiene la capital ecuatoriana. Pero estas razones no son causales para la destitución. Sin embargo, en el diario caminar, se nota que este proceso se está convirtiendo en una nueva e innecesaria confrontación política.
“Hay que tumbar a Muñoz porque es correísta”, se escucha en las calles quiteñas, como la principal causa para estar a favor de ella. Supongamos que se logre la revocatoria por el voto popular, la vicealcaldesa que asuma el control de la ciudad, será también de la RC, es decir, no se cumplirá la principal motivación que genera ese apoyo a la revocatoria.
El país, en general, y en este caso, Quito, en particular, no necesita entrar en un nuevo proceso electoral, eso paraliza la capital hasta que se defina quien gana las elecciones, en los últimos cinco años hemos soportado dos paros (agresiones) de la Conaie; la pandemia del Covid-19; tres elecciones presidenciales; los cortes de luz y otras situaciones que han detenido la continuidad necesaria para trabajar y sacar adelante a la capital.
La mejor evaluación a un alcalde se deberá hacer en elecciones, si no están de acuerdo con su gestión, no reelegirle, pero esta revocatoria de poco peso legal y práctico, trae más recesión a la ciudad y no es lo que necesitamos.
Debemos sumarnos al pedido del presidente Noboa, unirnos, dejar a un lado posturas políticas y trabajar por mejores días para todos. A Muñoz, se le juzgará en febrero 2027 cuando tengamos que elegir un nuevo alcalde.
0 comentarios