El correísmo, liderado actualmente por la Revolución Ciudadana (RC), ha visto mermar su influencia electoral a nivel cantonal. Mientras en 2017 ganaba en 121 cantones, para las elecciones de 2025 esa cifra descendió a 97, una pérdida del 20 % de su llamado “voto duro”.
Aunque en la primera vuelta de 2025 la candidatura de Luisa González parecía fortalecer al movimiento, el balotaje evidenció la fuerza del anticorreísmo, con Daniel Noboa superando por más de 1,1 millones de votos.
Un análisis de los resultados de segunda vuelta muestra que, en estos ocho años, la RC ha retrocedido progresivamente, cediendo terreno en varios cantones donde antes dominaba ampliamente.
La primera señal de desgaste llegó en 2017, cuando Rafael Correa cedió el testigo a Lenín Moreno. A pesar de las sospechas sobre un apagón informático en el CNE, Moreno logró la victoria frente a Guillermo Lasso. Sin embargo, ya se percibía un desencanto popular tras una década de hegemonía correísta.
En aquel entonces, el movimiento mantenía su fuerza en la Costa, el norte de la Sierra y la Amazonía. Incluso ciudades que hoy son bastiones de Noboa, como Cuenca, respaldaban a Moreno. En Guayaquil y Quito, aunque ganó Lasso, las diferencias fueron mínimas: apenas 70.000 votos en el Puerto Principal y unos 100.000 en la capital.
Con Moreno distanciado de la Revolución Ciudadana, el correísmo apostó por Andrés Arauz en 2021. No obstante, la estrategia no bastó para frenar el avance de Lasso, quien ganó con el 52,4 % de los votos frente al 47,6 % de Arauz.
Aunque el correísmo mostró signos de recuperación en provincias de la Sierra centro como Cotopaxi, Chimborazo y Cañar, sufrió pérdidas en la Amazonía y en ciudades clave como Quito, Guayaquil y Cuenca, ampliándose la brecha con el anticorreísmo.
El panorama cambió aún más en 2023 tras la muerte cruzada decretada por Lasso, que adelantó las elecciones. La Revolución Ciudadana impulsó la candidatura de Luisa González, mientras el anticorreísmo, tras el asesinato de Fernando Villavicencio, encontró en Daniel Noboa una nueva figura.
Noboa se impuso en segunda vuelta con el 51,83 % frente al 48,17 % de González. Pese a ello, el correísmo logró una leve recuperación en la Amazonía, conquistando cantones de Orellana y Pastaza.
Las elecciones del 13 de abril de 2025 confirmaron el repliegue correísta: el mapa político se tiñó de morado —color de ADN, el movimiento de Noboa— en la mayor parte de la Sierra, la Amazonía y la región Insular. La Revolución Ciudadana conservó algo de fuerza en la Costa, pero no pudo evitar perder territorios emblemáticos.
Cantones que en 2023 votaron por el correísmo en la Amazonía se volcaron a Noboa. La RC también perdió posiciones en Esmeraldas, Imbabura y buena parte de Cañar. Además, en grandes ciudades como Quito, Guayaquil y Cuenca, la ventaja de Noboa se amplió de manera significativa. Incluso cantones costeros históricamente correístas, como Babahoyo y Quinindé, optaron esta vez por el actual presidente.
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