Daniel Noboa asume la Presidencia con una Asamblea favorable y un escenario político inédito en ocho años

Abr 21, 2025

Daniel Noboa llega a la Presidencia del Ecuador con una ventaja poco común en la historia reciente: por primera vez en ocho años, un mandatario podría gobernar con respaldo suficiente en la Asamblea Nacional. Su victoria en las elecciones de 2025, con más de 1,1 millones de votos sobre Luisa González, marca un cambio significativo en el equilibrio de fuerzas políticas del país.

El nuevo panorama le ofrece margen de maniobra para negociar y conformar una mayoría parlamentaria que facilite la aprobación de leyes y reformas. A esto se suma la fragmentación interna en la Revolución Ciudadana —el principal bloque opositor— y la pérdida de influencia de figuras como Leonidas Iza, que debilitan la capacidad de movilización de las organizaciones sociales.

Según los resultados legislativos del 9 de febrero, la Asamblea quedó dividida entre dos bloques principales: ADN, con 66 asambleístas, y la Revolución Ciudadana, con 67. No obstante, Noboa asegura contar ya con al menos 70 votos comprometidos, y su bancada mantiene conversaciones con otros legisladores para alcanzar una mayoría calificada de 77.

Mientras tanto, la bancada correísta enfrenta tensiones internas. Algunos legisladores han expresado su intención de abandonar la organización, como Mónica Salazar, quien anunció su salida el 15 de abril. Incluso figuras como Raúl Chávez, de RETO, reconocieron el triunfo de Noboa y se distanciaron de las denuncias de fraude promovidas por González.

Este contexto político representa una oportunidad inédita para Noboa: gobernar con una Asamblea parcialmente alineada. A diferencia de sus antecesores, que debieron enfrentarse a mayorías opositoras o convocar a una Asamblea Constituyente para imponer su proyecto político, Noboa podría avanzar en sus propuestas sin mayores bloqueos legislativos.

El historiador Ángel Emilio Hidalgo señala que desde la recuperación democrática en 1979, esta sería la primera vez que un presidente electo en segunda vuelta llega al poder con una Asamblea que no le es completamente adversa. Ejemplos como Jaime Roldós, Sixto Durán Ballén y Rafael Correa muestran que, en otros momentos, los presidentes debieron sortear fuertes resistencias parlamentarias para gobernar.

En el plano social, la posibilidad de protestas a corto plazo parece reducida. La Conaie —protagonista de los paros de 2019 y 2022— está debilitada tras las elecciones y enfrenta divisiones internas luego del respaldo de Iza a González. Aunque la organización aún tiene capacidad de convocatoria, su fragmentación dificulta una movilización inmediata.

La politóloga Estefanía Luzuriaga advierte, sin embargo, que no se debe subestimar el peso político de los movimientos indígenas, y recomienda que el Gobierno no los ignore al momento de construir un proyecto de país.

En este nuevo escenario, el principal reto de Daniel Noboa será demostrar que puede gobernar con eficacia y estabilidad, ya sin excusas ni la sombra de una oposición abrumadora.



Comentarios

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


Te puede interesar





Lo último