Más de 9.000 personas afectadas por inundaciones en Santa Lucía: el agua no cede y la emergencia se agrava

Abr 16, 2025

El cantón Santa Lucía, en la provincia del Guayas, vive una de sus peores emergencias invernales de los últimos años. Más de nueve mil personas se han visto afectadas por las inundaciones provocadas por el desbordamiento de ríos y el colapso de los sistemas de drenaje. El escenario ha obligado a las autoridades a declarar la emergencia.

En sectores como 3 de abril, el agua estancada, de color verdoso y con fuerte olor a podredumbre, ha convertido las calles en canales insalubres, reseña Ecuavisa. La mayoría de los habitantes ha tenido que abandonar sus viviendas y buscar refugio en albergues temporales o casas de familiares. La situación no mejora, incluso después de varios días sin lluvias fuertes.

“Aquí el agua no baja. Ya no llueve como antes, pero todo sigue igual. Vivimos rodeados de agua sucia”, comenta al medio televisivo uno de los pocos vecinos que decidió quedarse.

Uno de los afectados es Marcos Vivanco, quien lleva 11 días en el albergue de Santa Rosa junto a 58 personas más, entre adultos y niños. Su casa de caña quedó completamente inhabitable.

Santa Lucía entre los más golpeados

El Comité de Operaciones de Emergencia (COE) nacional ha ubicado a Santa Lucía entre los cuatro cantones con mayor nivel de riesgo y afectación en el país, junto a Balzar, Colimes y Palestina. Las inundaciones han sido alimentadas por el incremento del caudal del embalse Daule-Peripa, que libera hasta 600 m³/s, pero a Santa Lucía llegan casi 1.800 m³/s, según explicó el alcalde Ubaldo Urquizo.

“Las afluentes no tienen control. Las lluvias más las descargas son las que causan estas problemáticas”, advirtió el alcalde.

Ríos como el Colimes y el Pula también están descargando más agua de lo habitual, agravando el problema.

Otras zonas también están en peligro

En Palestina, aunque aún no se ha decretado la emergencia, el Municipio ya identificó 25 sectores afectados, de los cuales siete son urbanos y 18 rurales. En la comunidad de Macul, unas 100 personas viven rodeadas de agua. En las zonas cercanas a los ríos, los habitantes temen que con el aumento del caudal, los desbordamientos vuelvan a repetirse.

Mientras tanto, las familias desplazadas siguen esperando ayuda permanente, y en los albergues se hace urgente el envío de alimentos, medicinas y equipos sanitarios. Las autoridades aún no confirman una fecha para que la situación pueda controlarse.

El agua no baja y la incertidumbre crece en Santa Lucía. Las consecuencias del invierno siguen dejando estragos que el Estado no puede ignorar.



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