El presidente de Colombia, Gustavo Petro, agitó las aguas diplomáticas al sembrar dudas sobre la legitimidad de las elecciones presidenciales en Ecuador. A través de un mensaje en su cuenta de X, Petro condicionó el reconocimiento del triunfo de Daniel Noboa a la entrega y verificación de las actas de cada mesa electoral, alegando serias irregularidades durante el proceso.
Según el mandatario colombiano, los informes recibidos por los veedores internacionales alertaron sobre un escenario preocupante. Denunció la militarización de los recintos electorales, la detención del líder indígena Leónidas Iza y el estado de sitio en zonas consideradas bastiones de oposición, factores que –según él– empañan la transparencia del sufragio.
“Varios observadores internacionales, incluso uno proveniente de Argentina, sintieron miedo de no poder salir del país y debieron ser protegidos”, agregó Petro, quien insistió en que su postura no es nueva: también ha exigido claridad en los procesos electorales de Venezuela.
A pesar del tono crítico, el presidente colombiano intentó matizar sus declaraciones: afirmó tener buenos recuerdos personales de Daniel Noboa y expresó su voluntad de mantener una relación cordial con Ecuador.
Un Petro en solitario: líderes progresistas reconocen a Noboa
La postura de Petro contrasta con la de otros presidentes de izquierda en la región. Tanto Luiz Inácio Lula da Silva (Brasil) como Gabriel Boric (Chile) ya han reconocido públicamente el triunfo de Noboa, enviando mensajes de felicitación y reafirmando los lazos bilaterales.
En su pronunciamiento, Petro también giró la mirada hacia Colombia. Aseguró que en su país existen movimientos para desarticular el Pacto Histórico e impedir su participación electoral, lo que calificó como un intento de fraude político.
Mientras la comunidad internacional observa con atención los nuevos pasos de Ecuador, las palabras de Petro añaden tensión a un escenario ya polarizado.
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