Tras los resultados oficiales del Consejo Nacional Electoral (CNE), la Asamblea Nacional que se instalará luego de las elecciones del 9 de febrero estará marcada por una fuerte polarización: la Revolución Ciudadana (RC) y el movimiento oficialista Acción Democrática Nacional (ADN) se quedan con los bloques más grandes, aunque sin alcanzar la mayoría absoluta.
Con 67 curules, la RC se posiciona como la primera fuerza política del Legislativo, consolidando su poder tras asegurarse una curul más en la provincia de Pichincha este miércoles. ADN, por su parte, logra 66 escaños, apenas uno menos que sus principales rivales.
Sin embargo, ninguno de los dos bloques alcanza los 77 votos necesarios para dominar la Asamblea por sí solos. Esto significa que tanto para aprobar leyes como para ejercer funciones de control político, deberán buscar alianzas con fuerzas minoritarias.
Entre esas bancadas están:
- Pachakutik, con 9 legisladores.
- Partido Social Cristiano (PSC), con 5 curules.
- Unión Popular–PID, Socialistas y Construye, con 1 legislador cada uno.
- Movimientos locales, que logran 2 escaños.
La aritmética parlamentaria también complica aún más la posibilidad de alcanzar una mayoría calificada (92 votos), necesaria para decisiones clave como reformas constitucionales o juicios políticos. El exasambleísta Héctor Yépez advierte que esta fragmentación debilitará la capacidad fiscalizadora del nuevo Parlamento.
El panorama, sin embargo, podría cambiar según quién gane la segunda vuelta presidencial este 13 de abril. El exasesor legislativo Pablo Santillán considera probable que algunos de los legisladores minoritarios terminen alineándose con el bloque que represente al Ejecutivo.

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