La rotura del Sistema de Oleoducto Transecuatoriano (SOTE), provocada por un deslizamiento de tierra en Quinindé, Esmeraldas, ha generado una caída del 20% en la producción petrolera del país, afectando la exportación de crudo y obligando al cierre progresivo de pozos en la Amazonía.
Hasta antes del incidente, ocurrido la noche del jueves 13 de marzo, Ecuador producía un promedio de 466 000 barriles diarios, pero este martes 18 de marzo la cifra cayó a 377 000 barriles debido a la imposibilidad de transportar el crudo.
La emergencia obligó a Petroecuador y a petroleras privadas a cerrar pozos de manera progresiva, ya que no cuentan con la infraestructura suficiente para almacenar el petróleo producido. Hasta el momento:
- 226 pozos han sido cerrados en los bloques 7, 61 y 57, incluyendo los campos Auca, Anaconda y Shushufindí, donde se extrae el crudo de mejor calidad.
- Más de 90 pozos fueron apagados por empresas privadas como Orionoil, Genteoil, Enapi y PCR.
Mientras el SOTE se mantiene fuera de operación, el Oleoducto de Crudos Pesados (OCP) transportará 105 000 barriles diarios para tratar de cumplir con los compromisos de exportación.
Petroecuador también informó que:
- Las exportaciones de crudo Oriente (de mejor calidad) han quedado diferidas.
- Las exportaciones de crudo Napo mantienen su programación.
- Siete contratos por 15,2 millones de barriles adjudicados entre febrero y marzo podrían sufrir retrasos.
Para acelerar las reparaciones, Petroecuador declaró en emergencia al SOTE por 60 días, lo que le permitirá agilizar los trabajos de limpieza y recuperación del oleoducto.
Hasta el momento, se han retirado 225 000 metros cúbicos de tierra que bloqueaban la infraestructura. La empresa estatal espera reanudar el bombeo del crudo en los próximos días, aunque el volumen exacto del petróleo derramado aún no ha sido determinado.
Además del impacto en el sector petrolero, el derrame afectó el suministro de agua potable en Quinindé y Esmeraldas, generando una crisis ambiental en la zona.
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