El grupo islamista Hamás no cumplió con la entrega de una civil israelí secuestrada, lo que llevó a Israel a retrasar el regreso de los palestinos desplazados al norte de Gaza y la liberación de prisioneros palestinos en Cisjordania.
La demora generó tensiones adicionales, especialmente después de que varios rehenes israelíes fueran entregados en condiciones de extrema delgadez y expuestos públicamente, lo que provocó indignación en el gobierno de Benjamin Netanyahu.
Hamás también acusa a Israel de no permitir el ingreso suficiente de ayuda humanitaria a Gaza, a pesar de que Naciones Unidas ha reportado un “aumento masivo” en la asistencia.
La falta de cumplimiento del grupo islamista pone en peligro el acuerdo de tregua, que desde el 19 de enero ha permitido la liberación de 16 rehenes israelíes y cinco tailandeses, a cambio de 566 prisioneros palestinos.
El pacto inicial establecía la liberación de 33 rehenes y 1.900 prisioneros palestinos en una primera fase, pero el incumplimiento de Hamás ahora amenaza con romper la frágil tregua en la región.
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