A propósito de los 25 años

Feb 9, 2025

Por Alberto Dahik

Durante el mes de enero el Ecuador recordó los 15 años de la dolarización, motivo por el cual aparecieron muchos artículos, entrevistas, opiniones y eventos académicos.

Tuve el honor de participar en dos de ellos, uno en la UEES, promovido por el IEEP, y otro en el Banco Central del Ecuador.

Estas participaciones me motivaron a escribir un libro, que estoy en proceso de terminar, que será creo importante para el Ecuador. El objetivo es que la ciudadanía entienda por qué llegamos a la dolarización, cuáles fueron las causas acumuladas y subyacentes, y los choques detonantes que finalmente produjeron el colapso y la adopción del sistema.

También trataré de explicar en ese libro qué beneficios reales nos ha traído, qué es lo que la dolarización puede hacer y qué es lo que no puede hacer.

Al ver los comentarios que se han hecho, he reflexionado mucho en que la ciudadanía cree que la dolarización es un escudo mágico, que nos protege de cualquier mal. Eso no es cierto. También cree que la dolarización nos ha dado crecimiento. Eso tampoco es cierto. Lo probaré académicamente.

La dolarización fue inevitable, y así lo propuse en una publicación en este diario escrita desde el exilio en octubre de 1998, en la que textualmente escribí en la introducción del análisis: “Durante los últimos meses, y de manera especial en los últimos 18 meses, de manera creciente, los diversos sectores de la sociedad ecuatoriana han ido reconociendo la existencia de un grave problema económico, que ha llevado a un ambiente generalizado de pesimismo, y de gran preocupación, que hoy vive el Ecuador. Tal preocupación no es irreal. De hecho, el Ecuador vive, por factores acumulados y circunstancias del momento presente, la situación económico financiera más difícil de la segunda mitad del siglo, vistos no solamente los elementos que configuran la crisis, sino además sus potenciales consecuencias”.

En las conclusiones de ese amplio análisis también se dijo: “Por lo tanto, la recuperación de la economía ecuatoriana tiene que sustentarse en la única opción que en este momento queda para una rápida y genuina reducción de la tasa de interés: la aplicación de una caja de convertibilidad… Lo peor de una crisis no es su existencia, sino su ingobernabilidad. Estamos a tiempo de controlarla, pero no podemos esperar para actuar”.

El Ecuador no tenía otro camino. Fue inevitable, pero no nos garantiza el bienestar y el crecimiento, para eso hay que hacer la tarea.

Eso sí, la dolarización es un freno a la inflación. De hecho, aunque el Ecuador nunca tuvo hiperinflación, ha mantenido una muy baja desde el año 2001. Las hiperinflaciones han sido terribles. Los países con hiperinflación han sido Venezuela, Nicaragua, Bolivia, Perú, Argentina, Brasil y Chile con tasas anuales de 1′790.000 %, 35.000 %, 24.000 %, 7.650 %, 3.000 %, 2.477 %, y 600 %, respectivamente. Estas cifras las tengo porque es parte del estudio que estoy haciendo. Dato cierto: de esas grandes hiperinflaciones, seis son gobiernos de izquierda y uno de centroderecha. Otro dato cierto: no hay hiperinflación con dolarización.



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