La guerra del Cenepa y su trascendencia en la historia del país

Ene 31, 2025

Francisco Trejo
Por Francisco Trejo

El pasado 26 de enero, se conmemoraron los 30 años del conflicto bélico en el alto Cenepa, un escenario selvático de la parte oriental de la Cordillera del Condor. Allí quedó plasmada la defensa heroica y patriótica de la soberanía nacional frente a un enemigo que es una potencia bélica en Sudamérica: Perú. Los hechos han sido narrados y replicados en foros, conferencias y en los libros de historia nacional. Desde las operaciones militares, hasta las negociaciones diplomáticas que llevaron a la firma del Tratado de Itamaraty, el 26 de octubre de 1998, que puso fin a los conflictos limítrofes y territoriales con el vecino del país. Estos datan desde la Gran Colombia con la Batalla de Tarqui, en 1828, y el Tratado de Girón; la Guerra de 1941 con el Tratado de Río de Janeiro; el conflicto de Paquisha de 1981; y el impase de Pachakutik.

La trascendencia de la victoria militar del Cenepa fue determinante gracias al despliegue militar en los Teatros de Operaciones Sur, Oriental, Marítimo y Aéreo, poniendo en ejecución un Plan de Defensa de la Soberanía Nacional con una actitud defensiva-ofensiva, que sorprendió a las fuerzas enemigas y no tuvieron una repuesta militar adecuada.

La importancia del conflicto del alto Cenepa se centra en su legado de ejemplo y entrega incondicional, que permitió a todo un pueblo, con sus líderes políticos, incluso de distinta tendencia, converger bajo un mismo ideal, para respaldar el accionar de sus Fuerzas Armadas. Estas en inferioridad de capacidades militares enfrentaba con valor a las fuerzas armadas de superior capacidad en lo material, pero se compensó con liderazgo eficaz, preparación profesional de los soldados, patriotismo, planificación estratégica eficiente, armamento adecuado para el escenario selvático, inteligencia, información y logística eficiente, entre otros que incidieron en la victoria militar.

Esta victoria tiene una connotación histórica mucho más allá de lo militar y lo diplomático, porque en la conciencia del pueblo ecuatoriano se sembró un orgullo por el honor e identidad nacional, cambió a una mentalidad ganadora, confianza en unas Fuerzas Armada profesionales identificadas con su pueblo y la seguridad tangible sobre que los ecuatorianos podemos vencer las adversidades y salir adelante.

Lamentablemente, después de todo esto una organización política que llegó al poder y se quedó una década, así como sectores interesados tuvieron intenciones de reducir a las FF.AA., negando los hechos históricos y queriendo refundar la patria por su ideología (Socialismo del Siglo XXI). En ese período sistemáticamente debilitaron las capacidades operativas de FF.AA. a niveles mínimos, de tal manera que no se pudo tener una respuesta adecuada en el incidente de Angostura con Colombia, el 1 de marzo del 2008.

Las FF.AA. como una institución resiliente y esencial para la patria demostraron su capacidad para vencer las adversidades y salir adelante. Así siguen cumpliendo sus misiones en los momentos de mayor trascendencia para Ecuador, como el terremoto de abril de 2016, en las provincias de Manabí y Esmeraldas; los levantamientos indígenas; la pandemia de COVID- 19 en 2020; y hoy en la crisis de seguridad, entre otras misiones que ejecutan a diario para el beneficio de nuestro país.

El pueblo ecuatoriano ha reconocido su accionar al considerarle como la institución de mayor credibilidad y gestión dentro del Estado, simbolizando la unidad nacional por su despliegue desde las fronteras del Sur ( Loja, El Oro), hasta el Norte (Carchi, Esmeraldas y Sucumbíos), y desde el Oriente hasta las Islas Galápagos, donde hay la presencia militar que con sus unidades siguen brindando el apoyo a todos los pueblos de la patria y son una garantía de seguridad, paz y desarrollo.



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