El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó este martes una orden ejecutiva que veta los procedimientos de reasignación de sexo en menores de 19 años, incluyendo bloqueadores de la pubertad, tratamientos hormonales y cirugías de cambio de género.
La Casa Blanca enfatizó que el gobierno “no financiará, patrocinará ni apoyará” estos procedimientos, argumentando que “mutilan y esterilizan a un número creciente de niños influenciables”. Trump, en su plataforma Truth Social, celebró la medida y calificó estos tratamientos como “bárbaros” y una “mancha en la historia de la nación”.
El decreto ordena a las agencias federales revocar políticas basadas en las directrices de la Asociación Mundial de Profesionales para la Salud Transgénero (WPATH), al considerarlas “sin base científica”. También prohíbe que instituciones sanitarias y educativas con financiamiento federal practiquen procedimientos de reasignación de género en menores.
A partir de 2026, los planes de salud para empleados federales y del Servicio Postal dejarán de cubrir estos tratamientos en menores. El programa TRICARE del Departamento de Defensa, que atiende a casi dos millones de niños, también excluirá la financiación de estos procedimientos.
Impacto y contexto
La medida se enmarca en una tendencia legislativa en la que más de la mitad de los estados de EE.UU. han aprobado restricciones a estos tratamientos. La Corte Suprema, con mayoría conservadora, ha permitido que los estados impongan estas prohibiciones.
Actualmente, se estima que 1,6 millones de personas en EE.UU. se identifican como transgénero, de los cuales más de 300.000 tienen entre 13 y 17 años. Según un estudio del Instituto Williams de UCLA, un tercio de ellos reside en estados donde estos procedimientos ya han sido restringidos.
Trump reafirmó su postura al firmar una directiva que reconoce únicamente dos géneros, masculino y femenino, determinados al nacer.
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