A pesar de la caída de las muertes violentas en Ecuador, la crisis de seguridad sigue siendo un desafío mayor. Carla Álvarez, docente e investigadora del IAEN, aseguró que el país no puede hablar de una pacificación real, ya que persisten fenómenos como la extorsión y el secuestro, que afectan especialmente a la Costa.

Considera que, aunque la violencia en las calles ha disminuido, el terror y la inseguridad continúan azotando a los ecuatorianos.

“Lo que la gente pide es mano dura, pero eso no es lo que se necesita. Es momento de gobernar con inteligencia y estrategia”, insistió Álvarez, refiriéndose al creciente uso de secuestros como forma de extorsión.

Aunque las estadísticas oficiales muestran una reducción en las muertes violentas, la investigadora subrayó que la situación de los secuestros no ha mejorado y sigue siendo un factor de alarma.

Álvarez también planteó que la falta de judicialización de los detenidos es un problema clave. “Si la Policía identifica a los responsables pero no hay justicia, todo su trabajo se desmorona”, dijo, destacando la necesidad de fortalecer el sistema judicial, las fuerzas de seguridad y los servicios de inteligencia.

Además, enfatizó que Ecuador necesita una política pública con objetivos claros y estrategias evaluables, ya que la falta de planes concretos y de transparencia en iniciativas como el Plan Fénix sigue siendo un obstáculo para el avance.