Este viernes, Venezuela vive un día decisivo en su historia reciente. Nicolás Maduro, respaldado por instituciones alineadas con su régimen, se juramentará para un tercer mandato presidencial (2025-2031), prolongando su tiempo en el poder a 18 años.
Mientras tanto, Edmundo González Urrutia, reconocido por gran parte de la comunidad internacional como presidente electo, promete regresar al país para asumir el liderazgo del Ejecutivo.
La ceremonia de juramentación está prevista en el Parlamento venezolano, con la presencia de delegaciones de Rusia, China y Bolivia, pero sin la participación de líderes de alto nivel de países como Brasil, México o Colombia.
La comunidad internacional ha exigido al régimen de Maduro que presente las actas que avalen su victoria en las elecciones del 28 de julio, algo que el gobierno no ha hecho, alegando un supuesto “hackeo” al sistema electoral.
El evento ocurre en medio de un ambiente tenso, con un despliegue militar masivo en Caracas para prevenir posibles disturbios y bajo acusaciones de represión contra la oposición.
González Urrutia y la resistencia opositora
Edmundo González Urrutia, quien obtuvo el 60% de los votos según datos avalados por la OEA y el Centro Carter, promete regresar a Venezuela tras una gira internacional para asumir simbólicamente la presidencia.
Su retorno podría intensificar la confrontación política, en un contexto donde la oposición enfrenta arrestos, desapariciones y ataques del régimen chavista.
El régimen intensificó la represión en los días previos, con la detención de periodistas, activistas y figuras opositoras, incluidos familiares de González.
La líder María Corina Machado, perseguida por el chavismo, reapareció convocando manifestaciones y denunciando un breve secuestro por parte de agentes del régimen.
Maduro promete una “reforma constitucional” y un mandato de “paz y recuperación económica”, aunque su gobierno ha estado marcado por recesión, inflación y una crisis migratoria sin precedentes.
La postura de la Fuerza Armada, clave en el mantenimiento del poder, sigue siendo favorable al régimen, con el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, jurando “lealtad absoluta” a Maduro.
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