En un movimiento que agrava las tensiones en Venezuela, el régimen de Nicolás Maduro ordenó el cierre de la frontera con Colombia y suspendió todos los vuelos entre ambos países hasta el lunes 13 de enero. La medida fue anunciada por Freddy Bernal, gobernador del estado Táchira, quien justificó la decisión alegando una supuesta “conspiración internacional” para desestabilizar al régimen.

“Tenemos información de una conspiración internacional para perturbar la paz de los venezolanos”, afirmó Bernal, asegurando que el régimen tiene “control absoluto del Estado”.

El cierre del Puente Internacional Tienditas y otros puntos limítrofes afecta gravemente a miles de ganaderos, empresarios y ciudadanos que dependen del intercambio comercial y del tránsito diario entre ambos países.

La decisión ocurre en vísperas de la juramentación de Nicolás Maduro como presidente, un acto considerado ilegítimo por gran parte de la comunidad internacional.

Rechazo internacional

Durante meses, el régimen ha evadido las exigencias de Colombia y otros países para presentar pruebas claras de su victoria en los comicios del 28 de julio, citando un supuesto “hackeo masivo” al Consejo Nacional Electoral (CNE).

El Gobierno colombiano, liderado por el presidente Gustavo Petro, rechazó los resultados de las elecciones y denunció violaciones sistemáticas a los derechos humanos en Venezuela. “No fueron elecciones libres. Colombia no reconoce los resultados”, declaró el canciller Luis Gilberto Murillo.

En un comunicado oficial, Colombia instó al régimen de Maduro a respetar los derechos civiles y políticos, señalando el acoso sistemático a líderes opositores como un grave retroceso democrático. Petro confirmó que no asistirá a la juramentación, calificando las acciones de Maduro como violentas y contrarias a los principios democráticos.