La gobernabilidad con concejo y sin concejo

Ene 8, 2025

Por Carolina Moreno

La gobernabilidad puede definirse como la “capacidad de gobernar” de nuestras autoridades, considerando las demandas sociales y políticas, así como su actuación y atención frente a ellas.

¿Cómo se pueden atender correctamente las necesidades ciudadanas cuando el Concejo Metropolitano está en contra? Es sabido que el ejecutivo tiene la potestad de seguir actuando porque está a cargo de la administración de los recursos. Esto implica que no necesita la aprobación de una mayoría en el concejo para ejecutar el presupuesto, realizar obras o emitir políticas que mejoren los servicios. Sin embargo, la situación cambia cuando el legislativo se enfrasca en una guerra campal sin justificación, desviando la atención del alcalde de lo verdaderamente importante.

Es ahí cuando se evidencia que la gobernabilidad es esencial para mantener un ambiente pacífico en el que los representantes del pueblo puedan cumplir con sus mandatos y planes de trabajo.

Pero, ¿qué sucede cuando el alcalde cuenta con la mayoría en el concejo? A primera vista, todo parecería ideal: un mundo en el que el ejecutivo puede concentrarse en satisfacer a los ciudadanos sin enfrentarse a demandas políticas que requieran atención, defensa o ataques.

En Quito, nuestro alcalde cuenta con la mayoría del concejo. En teoría, sus propuestas deberían tramitarse con rapidez y sin demasiadas oposiciones. Sin embargo, lo que usted y yo vemos es otra realidad. Quizás nuestra ciudad sea, simplemente, ingobernable.

Cuando las autoridades dejen de actuar de manera egoísta y comprendan que las mieles del poder que hoy disfrutan son efímeras, tal vez utilicen el tiempo, que ahora les sobra al no tener oposición, para ofrecer a Quito lo que necesita y, más tarde, lo que merece.

Por otra parte, considero que nos falta educación, cariño y cuidado hacia las pocas obras que nuestras autoridades reinauguran en cada período. Se dice que la educación comienza en el hogar, pero vivimos en una sociedad llena de hogares disfuncionales y con adultos ausentes, por lo tanto no hay quien ame y eduque a las generaciones futuras.

No busco excusarme con esta justificación. Creo firmemente que es responsabilidad de nuestras autoridades proporcionar la información necesaria para que el mantenimiento de Quito sea el resultado de la corresponsabilidad entre sus habitantes y quienes la gobiernan.



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