El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, asumirá el cargo el 20 de enero y ya genera controversia con declaraciones que podrían alterar el escenario internacional.

Durante su campaña, prometió priorizar los intereses estadounidenses y reducir conflictos en el extranjero.

Sin embargo, recientes comentarios sugieren un enfoque más agresivo, destacando su deseo de fortalecer la influencia de Estados Unidos en puntos estratégicos.

Trump calificó como “ridículas y altamente injustas” las tarifas que Panamá cobra a barcos estadounidenses por atravesar el Canal de Panamá.

Además, amenazó con exigir que el canal sea devuelto a Estados Unidos si no cesa lo que considera una “estafa”. Esta declaración, acompañada de advertencias sobre la creciente influencia de China en la región, ha encendido alarmas en la diplomacia internacional.

El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, respondió tajantemente: “El canal pertenece a Panamá y seguirá siendo así”.

Groenlandia: un viejo deseo de Trump resurge

Trump también reiteró su interés en adquirir Groenlandia, destacando su importancia estratégica por sus recursos naturales y ubicación en el Círculo Polar Ártico.

Aunque el primer ministro de Groenlandia, Múte B. Egede, aseguró que “Groenlandia no está en venta”, el tema revive tensiones de su primer mandato, cuando planteó la compra por primera vez en 2019.

Estas declaraciones reflejan una estrategia que combina presión económica y demostraciones de poder. Expertos, como Will Freeman del Consejo de Relaciones Exteriores, opinan que Trump busca reafirmar la hegemonía estadounidense en áreas clave para el comercio y la seguridad nacional.