Cada 31 de diciembre, una de las tradiciones más pintorescas de Ecuador toma las calles: las famosas ‘viudas’. Estas caricaturescas figuras aparecen horas antes de que termine el año, pidiendo caridad para “financiar” el funeral del viejo que se va.
Pero, ¿quiénes son estas ‘viudas’? Aunque el término alude a mujeres en luto, en la mayoría de los casos son hombres quienes se disfrazan con pelucas de colores, vestidos negros —largos o cortos—, medias de nylon, tacos y maquillaje exagerado: labios intensamente rojos, sombras llamativas y pestañas postizas. No faltan los collares, aretes o máscaras que completan su extravagante atuendo.
Una tradición que evoluciona con el tiempo
Aunque hoy en día son principalmente varones los que encarnan a las ‘viudas’, esto no siempre fue así. En el pasado, mujeres y niños eran quienes lideraban esta tradición, cerrando calles y pidiendo contribuciones para despedir al Año Viejo. Con el tiempo, los hombres se incorporaron y transformaron la costumbre en un espectáculo lleno de humor, bromas y hasta actuaciones teatrales.
Sin embargo, detrás de esta divertida tradición hay una historia que conecta con antiguos rituales funerarios. En el pasado, las viudas reales portaban velos negros y pedían ayuda económica tras la muerte de sus esposos, lamentando su pérdida en ceremonias comunitarias.
El significado del monigote y el Año Viejo
El monigote, o muñeco que se quema al final del año, simboliza al “esposo” que la viuda despide con llanto. Al arder, el monigote se lleva consigo los malos momentos del año, mientras los ecuatorianos saltan sobre él o incluso lo golpean como parte del ritual. Este acto representa un nuevo comienzo y la esperanza de un mejor año.
Aunque no hay un registro exacto del origen de esta tradición, se cree que surgió como una forma de sátira social, permitiendo a los ecuatorianos reírse de los acontecimientos del año que termina mientras celebran el inicio de uno nuevo.
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