Navidad un legado de solidaridad

Dic 25, 2024

Por Ney Dolberg

Somos nuestra historia y las historias que nos cuentan. La realidad, diferente en cada contexto, varía con nuestras necesidades e intereses, que se cumplen en tanto cuánto nos pongamos de acuerdo unos con otros para sostener la vida y la civilización, caso contrario la disputa y el conflicto conllevan caos y muerte.

Las historias que nos cuentan las construimos a lo largo de la existencia de la especie y tienen al menos cuatro fuentes básicas para sentir, comprender y transformar la realidad, y tomar decisiones en función de ellas:

  1. Aquella que es objetiva, es observable y reproducible en todos los contextos, demostrando su veracidad y relevancia, nuestras decisiones basados en ella son prolíficas.
  2. Las historias que argumentan un origen sobrenatural, nos llenan de esperanza y ofrecen la vida tras la muerte, tienen muchos orígenes y por tanto muchos dioses, todos respetables en el contexto de su aplicación histórica y geográfica.
  3. Las historias que se construyen para vivir en comunidad en base a la cooperación, regida por normas, reglas y leyes cambiantes, que transformando el entorno generan mejores condiciones de vida, en base a las revoluciones tecnológicas: desde la siembra, el arado, la domesticación animal; la exploración y explotación de la máquina para la industria, hasta la inteligencia artificial.
  4. Las historias que argumentan una forma de intercambio de capacidades en cooperación, para transformar contextos que satisfagan nuestras necesidades y aspiraciones, esas formas de intercambio progresaron del trueque al dinero efectivo y ahora al dinero digital.

Como podemos inferir, estas y muchas otras historias se mezclan y nos dan las más diversas formas de ver el mundo, en cada una de ellas existen unos más beneficiados que otros, lo que acarrea disputas y conflictos; estaremos de acuerdo en que tenemos 2 caminos: o cooperamos o nos destruimos.

La navidad y el año nuevo son fiestas que emanan de algunos orígenes y aglutinan estas cuatro formas de sentir y ver el mundo bajo sentimientos de solidaridad, compasión y esperanza, que se estrellan contra la ambición, el quemeimportismo y la rabia de los poderosos de oriente y occidente, aunados en ideologías y religiones anacrónicas que lejos de integrarnos en la cooperación, nos condenan a la ira y destrucción. Es hora de buscar nuevos líderes, y enterrar a esos enfermos aferrados al poder, que desde sus resentimientos engendran odio, engaño, hurto, agresión y soberbia.



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