El panorama político para 2025 en Ecuador se perfila incierto, pero lleno de tensiones y desafíos. Mientras el país se prepara para una nueva jornada electoral, el presidente Daniel Noboa busca la reelección en medio de un clima polarizado, con la sombra del correísmo liderado por Luisa González como principal competidor.

La actual coyuntura se da en un contexto donde se hace evidente la lucha por el poder entre dos fuerzas antagónicas: el oficialismo y el correísmo, cada uno con sus propios intereses y visiones sobre el futuro del país.

Según Lolo Echeverría, analista político, las elecciones de febrero y abril marcarán el destino de un Ecuador que se enfrenta no solo a la elección presidencial, sino a una renovación total del poder: asamblea, fiscalía, y justicia. “Será un Ecuador nuevo, pero con viejos problemas”, señala Echeverría.

Para él, la polarización política será un factor determinante en los próximos años, al igual que los gestos autoritarios de un gobierno que buscará mantener el control mediante reformas constitucionales y el uso de redes sociales para manipular la opinión pública.

Por su parte, Stephanie Macías, también analista política, advierte que el contexto de Ecuador será más complejo debido a su joven población, en su mayoría nativa digital.

“El país es joven, inmediatista y digital”, afirma, lo que plantea un reto para los políticos que intentan conectar con una ciudadanía que exige respuestas inmediatas.

La gobernabilidad, la democracia y la justicia serán los grandes retos para los próximos líderes, especialmente cuando el 82% de los ecuatorianos no se sienten representados por ningún partido político, lo que refleja una desconfianza profunda hacia las estructuras tradicionales.

Los próximos comicios serán una batalla no solo por la presidencia, sino también por el control de la asamblea nacional, que, según los analistas, se perfila más polarizada que nunca. “El gobierno tendrá que buscar consensos para gobernar, algo que hoy parece complicado dado que los partidos políticos están debilitados”, destaca Macías.