Según el artículo 97 del Código de la Democracia, los candidatos deben presentar juntamente con su formulario de inscripción un plan de trabajo que, al menos, contenga los siguientes puntos: diagnóstico de la situación actual, objetivos, plan plurianual de acuerdo a la dignidad por la que se candidatizan, mecanismos de rendición de cuentas.
Al revisar brevemente lo presentado por los 16 binomios, y que se encuentra publicado en la página del CNE, se puede apreciar detalles curiosos que permiten ver la seriedad con que los partidos toman su elaboración.
Veamos únicamente por volumen. ¿Un plan de trabajo para gobernar un país, por 4 años, puede ser descrito en un documento de 30 a 50 páginas? Claro que se puede y así lo hicieron 5 de los 16 partidos. Partidos que, se supone, se han destacado por su lucha social permanente y que han cuestionado siempre al gobierno de turno, pues bien, cuando se trata de que plasmen sus reivindicaciones en un documento lo hacen en unas pocas hojas. Hablo de Pachakutik, con su candidato Leonidas Iza, plasma su plan de gobierno en 34 páginas, parece que mucho más dijo en su libro, Estallido, que en su plan. El Partido Socialista del Ecuador, siempre radical, con su candidato Pedro Granja, presenta 35 páginas, parecería que la teoría socialista no tiene mucho que proponer. El Partido Social Cristiano, con su candidato Henry Kronfle, tiene 37 páginas, que claramente ya no es lo que fue el Pan, Techo y Empleo, de la época dorada de León Febres Cordero. La Unidad Popular, con Jorge Escala, que siempre están protestando, al momento de plantear ideas se quedan cortos en sus 36 páginas de plan. Y el último de pocas palabras, es Democracia Sí, con su candidato Iván Saquicela, no podría decir mucho en 33 páginas.
También hay los exageraditos como SUMA, que ni siquiera cambió el nombre de Jan Tópic por el de Wilson Gómez, con 356 páginas. Los más estructurados planes parecen ser los de ADN, de Daniel Noboa; y, el de Construye, de Henry Cucalón. Los demás, claramente presentan documentos donde se aseguran tener los ítems que pide el CNE para cumplir un mero requisito, pero que, en el fondo, no puede ser que a eso se le llama plan de trabajo. Y si así están los de los binomios no quiero ni pensar en los de los asambleístas.
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