El alcalde de Guayaquil, Aquiles Álvarez, rompió el silencio tras las fuertes acusaciones del presidente Daniel Noboa, quien señaló a su administración de irregularidades en temas de basura, aguas servidas y tráfico de combustibles. Durante una entrevista con Carlos Vera, calificó las denuncias como parte de una “agenda de persecución política”.
Acusaciones del presidente
Durante el pasado 14 de diciembre, Noboa señaló a Álvarez y su administración de incurrir en prácticas cuestionables en tres ámbitos principales:
- Caso Triple A: Según Noboa, la empresa municipal habría manipulado pesajes de basura mezclándola con lodo para incrementar los costos de recolección.
- Contaminación de aguas: Acusó al municipio de permitir descargas de aguas servidas con altos niveles de contaminación en el río Daule, la principal fuente de agua potable de Guayaquil.
- Tráfico de combustibles: Relacionó a una empresa de la familia Álvarez con ventas irregulares de grandes volúmenes de combustible a una estación con capacidad limitada.
Álvarez recalcó que las descargas de aguas servidas mencionadas por el presidente no afectan la captación de agua potable, ya que esta se realiza kilómetros aguas arriba. Además, destacó que su administración ha avanzado significativamente en el tratamiento de aguas residuales, logrando un 60% de cobertura frente al 3% de Quito.
Sobre el caso Triple A, Álvarez negó cualquier irregularidad y señaló que las denuncias son una estrategia para desprestigiar su gestión. Respecto a las acusaciones de tráfico de combustibles, afirmó que ni él ni su familia están procesados ni vinculados formalmente a la investigación.
Tensiones entre el municipio y el Gobierno
La relación entre el alcalde y el Gobierno central se ha deteriorado desde el inicio de sus respectivas gestiones. Álvarez señaló que, aunque intentó trabajar conjuntamente con Noboa, el presidente no mostró disposición para colaborar. “Me toca como alcalde pelear por causas justas”, declaró.
Por otro lado, Carlos Vera cuestionó al alcalde por su carácter “pendenciero” y lo instó a manejar las críticas de manera más institucional. Sin embargo, Álvarez defendió su estilo directo, argumentando que su prioridad es proteger a su familia y cumplir con su rol como representante de Guayaquil.
La visión del alcalde
Álvarez enfatizó los avances realizados en su gestión, incluyendo obras en sectores históricamente olvidados, como Monte Sinaí y Sergio Toral, y proyectos de infraestructura como pasos a desnivel en la Avenida de las Américas. Según el alcalde, estos logros se han llevado a cabo a pesar de las dificultades financieras, como la entrega de rentas municipales en bonos en lugar de efectivo por parte del Gobierno central.
Perspectivas políticas
La disputa entre Álvarez y Noboa podría tener implicaciones en las elecciones de febrero, donde ambos líderes representan posturas políticas opuestas: el correísmo y una tendencia más centrista, respectivamente. Mientras el alcalde busca consolidar su imagen como defensor de los intereses de Guayaquil, Noboa apunta a resaltar las debilidades de su gestión.
La controversia sigue abierta, y tanto las acusaciones como los proyectos políticos de ambos líderes serán decisivos para el futuro de Guayaquil y el país.
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