El presidente electo de los EE. UU. amenazó a los BRICS, que agrupa a Rusia, China, India, Brasil y Sudáfrica: “Requerimos un compromiso de esos países que no crearán una nueva moneda BRICS ni apoyarán a que otra moneda reemplace al poderoso dólar, o se enfrentarán a aranceles del 100 %”.
La amenaza de Trump halagaría a su electorado como parte de su campaña “Hacer que los EE. UU. vuelva a ser grande”. Pero es una declaratoria con sabor a neocolonialismo. ¿Por qué no pueden otros países buscar una fórmula de manejar sus transacciones internacionales prescindiendo del dólar?
Al respecto cabe una serie de observaciones:
-Hay Estados que con toda razón buscan una alternativa al dólar. Con motivo de la invasión a Ucrania, Washington prohibió a todos los bancos que operan con dólares negociar con Moscú. Adicionalmente confiscó los activos rusos en bancos estadounidenses. Biden, antes de despedirse, entregó a Kiev $ 20.000 millones confiscados a Rusia. Irán, que se acaba de sumar a los BRICS, sufrió suerte similar en 1979, y más recientemente Venezuela. Son parias del sistema monetario internacional. La China temería una reacción similar si invade Taiwán.
-Hay otros Estados que resienten que el dólar se administre de acuerdo a las necesidades de EE. UU., o sea como toda moneda nacional, sin tomar en cuenta los efectos internacionales, como cuando eleva las tasas de interés para controlar la inflación. Algunos de estos países quisieran un papel más importante en la toma de decisiones monetarias, sin lesionar sus relaciones con EE. UU. Es el caso de la India y Brasil. Lula vetó la incorporación de Venezuela a los BRICS.
-La justicia americana se reserva enjuiciar a quienes hayan lavado activos usando el dólar, aunque no residan en EE. UU. Lavado puede ser coimas, narcotráfico o evasión de impuestos. Esto ha contribuido a alejar los capitales latinoamericanos del dólar y Miami y su acercamiento al euro y Madrid.
-En la conferencia anual de los BRICS, realizada en octubre en Kazán, Rusia, destacaron dos aspectos: al grupo se incorporaron Egipto, Etiopía, Irán y los Emiratos, y ya son nueve países, y no hubo avances hacia una moneda común.
-La posibilidad de que los BRICS lleguen a emitir una moneda es casi nula. La Unión Europea (UE) tuvo la misma reflexión que los BRICS y creó el euro, proceso que le tomó 34 años. La UE alcanzó total integración y mantiene un gran mercado comercial y financiero abierto. Montó una institucionalidad completa para la moneda: un Banco Central que tiene política monetaria y Parlamento Europeo que dicta normas. Sin embargo, el euro no ha llegado a ser competencia del dólar. Además, el euro es un dolor de cabeza para sus miembros, porque si uno de ellos adopta una política fiscal expansiva y sufre mayor inflación, pierde competitividad y debe pasar por una etapa de doloroso ajuste para recuperarla. Los BRICS no han dado pasos que conduzcan al lanzamiento de una moneda.
-La alternativa de que transen en la moneda del principal país BRICS, China, no es viable porque Pekín tiene controles cambiarios. Además, los otros países pasarían a posiciones subordinadas, lo que es inaceptable para Nueva Delhi.
El predominio del dólar no está en entredicho.
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