El uso político de la historia

Dic 12, 2024

Por Kléver Antonio Bravo

Para todo historiador, resulta indignante ver a un personaje de la historia, metido como materia prima en propaganda política. Al fin y al cabo, resulta lucrativo, en términos electorales, tener a un héroe o a un mártir en el centro del discurso, en la fachada de la tarima o en telón de fondo de tal o cual afiche pegado en una pared despintada. Pues este uso político, de seguro que garantiza el éxito del caudillo o del partido político que pretende dominar las elecciones, apadrinado de un
personaje relevante del pasado.

No se podría imaginar si aquel grupo de jóvenes oficiales mujeres del Ejército ecuatoriano, terminarían con sus hombros dislocados, luego de haber cargado los restos de Manuelita Sáenz desde Paita. Cargaron kilómetros y kilómetros un supuesto hallazgo arqueológico, sin haber tenido la devoción de que cargaban a su generala. Sobre este pasaje no contado, apenas salta la pregunta: ¿Eran las cenizas de nuestra heroína, o eran unos kilogramos de arena de las playas
peruanas? En fin, este fetiche político ya es cosa del pasado.

Otra historia es la del general José Eloy Alfaro Delgado. Cuando fue arrastrado y quemado, el 28 de enero de 1912, lo poco que quedaba de sus restos calcinados se recogió en un ataúd del tamaño de un niño y fue enterrado en el cementerio de San Diego. Años más tarde, sus restos fueron descubiertos y trasladados a un mausoleo de lujo, en el cementerio de Guayaquil. Al grito de que la patria es de todos, vino la nueva Asamblea constituyente a ser instalada en Montecristi.

Y qué mejor si esta Asamblea sea apadrinada de un hijo de aquella tierra manabita. Así fue como desenterraron la mitad de los restos del Viejo Luchador para que fortalezca la propaganda del socialismo del siglo XXI, llegando en una caravana que no era otra cosa que el reflejo de un despilfarro disfrazado de propaganda política. Fácil entender que el pedestal del general Alfaro no era para él, era para Alianza País, pero en nombre del Viejo Luchador.

Y como estábamos cerquita, de Venezuela, la historia del joropo, los llaneros o el general José Antonio Páez no resultó ser la herramienta política ideal para que el socialismo – patria o muerte alcance su esplendor populista. Necesitó de alguien de mayor calibre histórico, y el socialismo – patria o muerte encontró en Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios, como el padrino mayor de la propaganda política. Al Libertador lo encontramos hasta en la arepa. Y eso duele. Duele ver que este caraqueño insigne esté junto al “Comandante Supremo”, el teniente coronel en retiro Hugo Chávez Frías, los dos empantanados con el grito “hasta la victoria siempre”, compañeros. Eso duele, porque el primero construyó la Gran Colombia, aunque haya sido por ocho años; mientras que el segundo, mantiene –en su nombre- al país petrolero sumido en la miseria, corrupción y pobreza por más de dos décadas.

Hasta la fecha no se ha escuchado que un George Washington esté ahí mismo y ahí mismo, en las campañas de republicanos o demócratas; a un marqués de La Fayette, encabezando las campañas políticas francesas, o la figura de Chiang Kai – shek empapelado en la campaña del Kuomintang en Taiwán.

El fetiche político de tener personajes históricos, acaparando los intereses caudillistas, se da exclusivamente en países en los cuales su población no tiene otra esperanza que los favores políticos basados en el populismo y la demagogia. Más claro, el fetiche político es propio de países subdesarrollados.



4 Comentarios

  1. Excelente artículo estimado KLÉVER, utilizar una figura que hizo historia para sus intereses políticos no es sino escudarse en su falta de preparación para asumir una responsabilidad de servicio.
    Recuerdo que de kadete escribiste tu primer libro “EL BOCADO DE NADA”, mi respeto y admiración querido hermano, compañero artillero y amigo de siempre.
    Felicitaciones, un fuerte abrazo.

  2. Excelente artículo Klever; felicitaciones y gracias por enseñarme y recordarme lo importante de la coherencia y respeto que debemos demostrar al buen nombre de nuestros líderes y lideresas.

    • Buenas noches estimado Klever,gracias por su enseñanza el respeto y el cariño de siempre para usted bendiciones

  3. Buenas noches estimado Klever,gracias por su enseñanza el respeto y el cariño de siempre para usted bendiciones



Te puede interesar


Suscríbete a nuestro boletín



Lo último