El sociólogo e historiador Gonzalo Ortiz Crespo describió la complejidad y los desafíos de Quito, una ciudad que en los últimos 50 años pasó de 300.000 a 3.5 millones de habitantes, experimentando un crecimiento aluvional sin una planificación adecuada.

Ortiz señaló que el crecimiento desordenado de Quito ha dejado una ciudad fragmentada con realidades contrastantes entre el norte, el sur, los valles y las parroquias rurales.

“El municipio siempre ha ido con la lengua afuera, intentando proveer servicios básicos, pero sin un plan estructural que ordene este crecimiento”, afirmó.

El experto criticó la falta de continuidad en los planes urbanos, mencionando que cada administración ha intentado reinventar la ciudad en lugar de dar seguimiento a proyectos ya existentes.

Según Ortiz, el Quito del futuro debe pensarse bajo un modelo de centralidades, con unidades barriales autosuficientes que reduzcan la dependencia de largas distancias y fomenten una vida comunitaria más integrada.

Además, Ortiz destacó la urgencia de socializar los planes existentes y convocar a actores clave como la academia, el sector industrial y las cámaras de comercio para trabajar juntos en una visión de ciudad.

“No necesitamos inventar nada nuevo; los planes ya están. Lo que falta es voluntad política y organización para ejecutarlos”, enfatizó.

Finalmente, Ortiz llamó a reflexionar sobre el valor histórico y cultural de Quito, subrayando que su centro histórico, aunque descuidado, sigue siendo el corazón de la ciudad.

“Quito tiene un acumulado histórico extraordinario que debe ser preservado y reorganizado para proyectarse hacia sus 500 años”, concluyó.