En la provincia de Orellana, cerca de la frontera con Colombia, la violencia se ha disparado debido a las disputas entre dos grupos armados: los Comandos de la Frontera, una disidencia de las FARC colombianas, y Los Choneros, una banda ecuatoriana vinculada al cartel de Sinaloa, reseña El País de España.
Estos grupos se enfrentan por el control de las rutas del narcotráfico y la minería ilegal en la región amazónica.
Desde que se rompió una tregua entre ambos en julio de 2024, las masacres y crímenes se han multiplicado, con 74 homicidios reportados en La Joya de los Sachas en lo que va del año, cifra tres veces mayor que en el mismo período del año anterior.
La economía de la coca, dominada por los Comandos de la Frontera, es clave en la zona. Los campesinos se ven obligados a pagar “impuestos” dobles a ambos grupos, quienes se disputan las ganancias del narcotráfico.
Las autoridades ecuatorianas alertan sobre la expansión de estas bandas hacia el norte del país, donde Los Choneros, anteriormente subordinados a los colombianos, han aumentado su poder.
A esta situación se suman las amenazas a los comerciantes y la imposición de normas estrictas en las comunidades fronterizas.
Además de las actividades relacionadas con el narcotráfico, las bandas criminales están involucradas en la explotación minera ilegal, lo que ha acelerado la deforestación y generado cambios significativos en la vida de las poblaciones locales.
En ciudades como Lago Agrio, se observa una transformación en la arquitectura y el establecimiento de negocios relacionados con el lavado de activos.
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