Ana Elena Badilla, representante de ONU Mujeres en Ecuador, encendió las alarmas sobre la relación entre la violencia de género y el crimen organizado en el país. Según datos recientes, el 50% de los femicidios están vinculados a estos sistemas criminales, ya sea porque el agresor pertenece a una organización delictiva o porque la víctima queda atrapada en rencillas entre grupos criminales.
Badilla destacó que, entre enero y noviembre de 2024, se registraron 215 muertes violentas de mujeres, de las cuales 88 han sido catalogadas como femicidios. Sin embargo, señaló una preocupante disparidad entre las cifras oficiales y las de organizaciones civiles como Aldea, que llevan sus propios registros.
Un hallazgo impactante de investigaciones cualitativas realizadas por ONU Mujeres revela que, en el contexto del crimen organizado, muchas víctimas de femicidio también sufren violencia sexual antes de ser asesinadas. Incluso, se detectaron casos de esclavitud sexual donde familias en condiciones de pobreza entregaron a sus hijas adolescentes a cambio de dinero, bajo la presión de estas organizaciones delictivas.
La situación se agrava por la elevada impunidad: el 95% de los femicidios en Ecuador no se resuelven, y cuando están relacionados con el crimen organizado, el riesgo de impunidad es aún mayor.
Badilla enfatizó la necesidad de fortalecer la coordinación entre instituciones como la Fiscalía, la Policía y el Ministerio de la Mujer para implementar sistemas de alerta temprana que identifiquen mujeres en riesgo y eviten que la violencia escale.
Además, la representante subrayó la urgencia de mejorar la implementación del Bono de Femicidio y ofrecer apoyo integral a las familias de las víctimas, especialmente a los niños que quedan huérfanos.
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