Un estudio de la Universidad de Las Américas (UDLA) y la Secretaría de Ambiente de Quito reveló que el uso de generadores diésel durante los apagones ha triplicado la contaminación por dióxido de azufre (SO2) en la capital.
La investigación, realizada en nueve barrios, detectó un aumento del 180 % en este contaminante, agravado por la baja calidad del combustible ecuatoriano, rico en azufre.
La crisis energética de 2023 y 2024, intensificada por el fenómeno de El Niño, dejó hasta ocho horas diarias de apagones.
Este panorama llevó al uso masivo de generadores eléctricos, incrementando otros contaminantes como el monóxido de carbono (93 %) y el dióxido de nitrógeno (34,6 %), cuyos niveles ya superan los estándares de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El material particulado fino (PM2.5), dañino para la salud respiratoria, también mostró un aumento del 13 %, según el informe.
Ante este escenario, el Cuerpo de Bomberos de Quito emitió recomendaciones para un manejo seguro de los generadores eléctricos.
Según el capitán Christian Benalcázar, almacenar combustible en botellas plásticas o conectar equipos de alto consumo a generadores de baja capacidad no solo es peligroso, sino que también incrementa la contaminación.
Benalcázar recomendó utilizar los generadores únicamente para necesidades esenciales, minimizando tanto la contaminación ambiental como el riesgo de accidentes.
La investigadora Rasa Zalakeviciute, de la UDLA, advirtió que el impacto ambiental por el uso de diésel podría tener efectos prolongados en la calidad del aire y la salud pública.
“Este es un problema que no se resolverá hasta que se aborden las causas estructurales de la crisis energética”, afirmó.
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