En un gesto inesperado, las autoridades venezolanas liberaron a decenas de detenidos vinculados a las protestas que siguieron a las elecciones presidenciales del 28 de julio, que dejaron al presidente Nicolás Maduro en el poder en medio de denuncias de fraude.
Según el Ministerio Público, entre el viernes 15 y el sábado 16 de noviembre se otorgaron 225 medidas de libertad. Sin embargo, la ONG Foro Penal contabilizó al menos 107 excarcelados ese día, destacando la liberación de presos en cárceles como Yare III, La Crisálida y Tocorón.
Entre los liberados hay menores de edad y mujeres, aunque la ONG advirtió que muchas de estas detenciones fueron arbitrarias y denunciaron torturas.
Alfredo Romero, director de Foro Penal, denunció que estas excarcelaciones no representan una solución integral y calificó el proceso como una estrategia política.
Maduro y el “momento de disturbio”
El presidente Maduro justificó los arrestos como errores procedimentales ocurridos en un “momento de disturbio como loco”.
Además, instruyó al fiscal general Tarek William Saab a revisar posibles irregularidades en los casos, lo que desencadenó el proceso de excarcelaciones.
La líder opositora María Corina Machado criticó las liberaciones calificándolas como “insuficientes” y demandó la “libertad plena” de los detenidos, sin restricciones judiciales. Por su parte, activistas denuncian que las excarcelaciones son un intento de desviar la atención sobre la falta de transparencia en los resultados electorales.
Mientras tanto, el opositor Edmundo González Urrutia permanece asilado en España, y Machado sigue en la clandestinidad, señalando que la persecución del régimen continúa.
Las excarcelaciones, aunque celebradas por algunos familiares, no logran mitigar la polémica ni el malestar generado por una elección cuyas sombras de irregularidades persisten.
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