La sequía extrema que afecta a Ecuador ha impactado gravemente a Coca Codo Sinclair, la central hidroeléctrica más grande del país, que ha visto una drástica disminución en su producción.
Desde principios de noviembre, la planta genera solo una quinta parte de su capacidad total de 1.100 megavatios, según reporta Cenace, el operador estatal de energía.
El suministro de Coca Codo Sinclair ha caído de manera constante, pasando de una promesa de 479 megavatios a solo 324 megavatios el 10 de noviembre, un nivel equivalente al 20% de su potencial.
Esta reducción responde a la baja en los caudales del río Coca, que actualmente promedia 89 metros cúbicos por segundo, el nivel más bajo desde 1964.
Esta planta, inaugurada en 2016, depende del caudal instantáneo del río, lo que la hace vulnerable tanto a sequías como a crecidas repentinas.
Además, las lluvias intensas y la acumulación de sedimentos han provocado paradas intermitentes en la planta. El 28 de octubre, un aumento en el caudal obligó a detener operaciones debido a la sobrecarga de sedimentos, problema asociado a fallas en el sistema de filtrado de la planta.
El consultor eléctrico Ricardo Buitrón advierte que los caudales críticos en la cuenca del Coca representan una amenaza sin precedentes para la estabilidad eléctrica de Ecuador.
Para mitigar el impacto, Buitrón sugiere una serie de medidas como la optimización de los embalses de Mazar y Amaluza y la contratación de energía adicional, además de potenciar la generación termoeléctrica, de la cual solo están operativos 900 de los 2.000 megavatios instalados.
En respuesta, la ministra de Energía, Inés Manzano, evalúa cancelar contratos con la empresa Progen, que debía abastecer 150 megavatios, después de que la compañía solicitara una prórroga.
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