EDITORIAL | El país soportó durante una década a un autócrata y populista que se autoproclamó jefe de todas las funciones del Estado. Al final, terminó huyendo a Bélgica.
Hoy, en Carondelet, reside un inquilino de modales similares: autócrata, populista y carpintero.
El pasado viernes, en un evento público en Esmeraldas, el mandatario dio un discurso cargado de doble sentido, haciendo gala de sus dotes de “carpintero 2.0” y evocando a los “pendejos” del pasado. Su retórica recuerda el estribillo del cantautor Facundo Cabral: “…el pendejo demagogo que cree que el pueblo es pendejo”.
La democracia ecuatoriana está bajo ataque: el país observa cómo un solo titiritero ha manipulado la política a su antojo, a través de un exasambleísta fiscalizador ya fallecido, periodistas prepagos y jueces electorales serviles, inhabilitando a una Vicepresidenta y destrozando el Estado de derecho y el debido proceso.
Este último es un acto arbitrario, inconstitucional y aberrante a todas luces. Alguien busca allanar el camino, sin importarle mantener al país en la oscuridad jurídica.
Su objetivo es retener el poder a toda costa.
El video que circula en redes, en el que presume de “tenerlas bien puestas” y de la “vigorosidad de un carpintero capaz de pegar tres palos al hilo”, es solo una caricatura verbal. Hace algún tiempo, otro personaje (un taxista) se jactaba de estas mismas virtudes y terminó siendo el hazmerreír del pueblo y tendencia en las redes.
Fuera del sarcasmo y detrás del telón, el megalómano susurra al oído de sus cortesanos los próximos pasos para mantener el caos político y perpetuar el reino en la oscuridad. Y en esa tiniebla a la Vicepresidenta le queda solo el solitario camino de la apelación, que no suspende los efectos de la sanción. Hasta entonces, permanecerá inhabilitada para ejercer el cargo.
En penumbra la democracia, peligra sin un faro que la guíe hacia la prosperidad y la libertad. El país no necesita a un demagogo, populista y manipulador de la justicia electoral. Los apagones, incremento del IVA al 15 % y la inhabilitación de la Vicepresidenta, esos son, en efecto, los tres orgasmos políticos del Presidente.
Y como diría Cabral: los pendejos, que son mayoría, eligen hasta al presidente. Claro está, en sentido figurado. (II)
preferible mil veces al que se creia duen̈o del pais y se lo llevo en peso