Ecuador necesita 2.800 megavatios para cubrir la demanda durante el día, y hasta 3.400 megavatios en las horas pico de la noche. Más del 60% de esta electricidad proviene de las hidroeléctricas, con una significativa contribución de las generadoras en el río Paute, como Mazar, Molino y Sopladora, que en conjunto producen 700 megavatios. Además, la central Coca Codo Sinclair en el río Coca aporta 520 megavatios, mientras que las plantas Agoyán y San Francisco en el río Pastaza generan 150 megavatios, y Marcel Laniado, en Guayas, contribuye con 126 megavatios.

En condiciones normales, estas hidroeléctricas pueden generar hasta 3.700 megavatios, pero actualmente están produciendo solo 1.500 megavatios debido a la variabilidad de los recursos hídricos. El resto de la electricidad proviene de pequeñas hidroeléctricas, termoeléctricas y plantas de energía no convencional.

Aumento de la producción y el agotamiento de las reservas hídricas

Para satisfacer la creciente demanda en los últimos días, se ha requerido un incremento en la producción de las hidroeléctricas en el río Paute. Desde el lunes hasta el jueves, la producción en estas plantas pasó de 316 megavatios a 752 megavatios, un aumento del 41%. Sin embargo, este esfuerzo está agotando rápidamente las reservas de agua en los embalses, que ya experimentan descensos importantes.

El embalse de Mazar, por ejemplo, tenía una cota de 2.116 metros sobre el nivel del mar el lunes, y para el jueves había descendido a 2.113 metros. Si el ritmo de descenso continúa, el embalse solo tendrá suficiente agua para dos días más de generación antes de que se vea obligado a reducir su producción nuevamente, como ocurrió el 25 de octubre, cuando la cota descendió a 2.111 metros.

Uno de los principales objetivos del sistema energético ecuatoriano es mantener las hidroeléctricas del Paute operando lo más tiempo posible para evitar su apagado y permitir que los embalses se recarguen. Sin embargo, esta semana, la estrategia no está logrando los resultados esperados, lo que genera preocupación sobre la disponibilidad de energía en los próximos días.