Sindicatos o abusos

Nov 6, 2024

Por Aurelio Dávila

La semana pasada, falleció un histórico dirigente sindical, Mesías Tatuamez, quien, de lo que recuerdo estuvo ligado a esta actividad los últimos 30 años, por lo bajo. Hablemos de los sindicatos públicos y su aporte a la sociedad ecuatoriana.

Recurro a 1984, en ese entonces el ingeniero Oscar Izurieta fue designado como Subsecretario del Ministerio de Obras Públicas, quien conocía de mis habilidades con los números. Aún no existían las PC y las hojas electrónicas eran poco difundidas. En enero de 1985, me llamó el ingeniero y me dijo: Aurelio, necesito que me calcules a cuánto asciende el pedido del sindicato del Ministerio para la firma del tercer contrato colectivo. Utilizando mi calculadora y luego de cinco días de arduo trabajo sumando y restando el valor demandado por el pedido sindical, concluí que consumía el 80% del presupuesto del Ministerio.

A la semana siguiente, el ingeniero Izurieta convocó al secretario del Sindicato y le dijo: “He procedido a aprobar todos sus pedidos para la firma del tercer contrato colectivo, pero tengo un solo problema, necesito que me digan de donde obtengo los recursos para cumplir lo solicitado. Si firmo así como se plantea, el Ministerio se queda sin recursos económicos, porque consumiría el 80% de todo el presupuesto”. El secretario sindical salió en silencio, no tuvo respuesta y en las semanas siguientes se firmó el contrato colectivo reduciendo más del 60% de lo solicitado.

¿Qué institución pública en este país ha transparentado sus contratos colectivos? Desde hace tres semanas he solicitado esta información y nadie me ha podido entregar, es un secreto guardado bajo siete llaves. De esta manera, se podría conocer todos los beneficios de los sindicatos públicos, beneficios que van desde sobresueldos, vacaciones extras, puestos heredados y más y como contraparte, normalmente la atención de esos servidores públicos no está de acorde a lo que ganan, a través de sus contratos colectivos.

En la Ley del Deporte se estipula que ningún presidente de ningún club o federación deportiva del país podrá ser reelecto únicamente por un período adicional. Lo mismo sucede con elecciones de votación popular, pero en los sindicatos y federaciones de estudiantes, los cargos pueden ser vitalicios y reelectos las veces que sus “bases” así lo decidan. Es momento de también reformar esto, que los dirigentes sindicales tengan límite en sus elecciones, así podemos ir de a poquito terminar con la burocracia dorada



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