El presidente Daniel Noboa ha ejercido un veto total sobre la Ley Orgánica Reformatoria a la Ley Orgánica de Cultura, que fue aprobada por la Asamblea Nacional el 1 de octubre. En su objeción, Noboa señala que el artículo 84 del proyecto, que reemplaza al artículo 121, establece un Programa Nacional de Innovación en Cultura. Este programa, según la norma propuesta, implica que el Ministerio de Cultura y Patrimonio, a través del instituto correspondiente, coordinará con diversas entidades públicas para crear instrumentos de financiamiento y aplicar incentivos fiscales para la innovación en el ámbito cultural y creativo.
El presidente argumenta que la propuesta tendría un impacto fiscal significativo en el país, ya que los incentivos monetarios y exoneraciones podrían disminuir los ingresos necesarios para financiar el Presupuesto General del Estado. Noboa subraya que cualquier norma que imponga obligaciones financiadas con recursos públicos debe contar con una fuente de financiamiento claramente establecida, conforme a lo estipulado en la Constitución de Ecuador.
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Además, el Ejecutivo menciona que hay errores ortográficos en la norma vetada. La elaboración de este proyecto comenzó en 2018, tras un extenso proceso de discusión con diversos actores del sector cultural.
Entre las modificaciones más destacadas en la ley, se incluye la eliminación del artículo 111, que contemplaba un incremento gradual de la asignación del Banco de Desarrollo al Fondo de Cultura, así como el fomento del diálogo intercultural y el respeto a la diversidad.
La ministra de Cultura, Romina Muñoz Procel, había destacado que la reforma no solo actualizaba la legislación, sino que reafirmaba el compromiso con la protección del patrimonio cultural y el impulso a la creatividad artística.
Las reformas también ampliaban las facultades de la Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión, permitiendo la creación de Empresas Públicas de manera autónoma. Se esperaba que al menos el 60% del gasto en espectáculos públicos de los Gobiernos Autónomos Descentralizados se destinaran a artistas nacionales.
Asimismo, se preveía un régimen sancionatorio para infracciones culturales, y el Archivo Nacional ganaba autonomía y fortalecía su institucionalidad. El Museo Nacional del Ecuador y la Biblioteca Nacional ‘Eugenio Espejo’ también recibían mejoras significativas en su gestión y funciones.
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