EDITORIAL | Fue una puesta en escena, burda y repetida, con alfombra incluida.
A las 20:30 del domingo, la familia ecuatoriana se sentó frente al televisor –los afortunados que no sufrieron apagones– esperando la entrevista con el presidente. Había muchas preguntas flotando en las conversaciones familiares, en las redes, entre amigos, que merecían respuestas claras y directas por parte del mandatario. Ni más ni menos.
Fueron 60 minutos desperdiciados. El estado de ánimo de los televidentes pasó de expectante a decepcionado. La noticia que todos esperaban nunca llegó.
Lo que sí regresó fue la misma retórica del presidente. Un acto de ilusionismo puro por parte de Noboa, al asegurar que, si todo marcha bien, la primera semana de diciembre el problema estará resuelto. El “buen” Noboa, queriendo mostrarse empático con la angustia familiar.
Del otro lado, se vio a un periodista complaciente y servicial con el poder. Si TC Televisión no fuera propiedad del Estado ecuatoriano, se podría decir que fue un vulgar espacio político contratado.
“La mentira tiene patas cortas”, dice el adagio popular.
Fue una entrevista pregrabada. El periodista nunca lo aclaró.
El reloj del mandatario los delató, marcando una hora diferente.
Fue una entrevista pautada, con un periodista adulador que nunca pidió cifras ni confrontó al Presidente, pero que facilitó su relato populista. Y por si fuera poco, el cierre fue de antología. Un triste papel del periodista.
El presidente nunca sintió el rigor periodístico, ni se inmutó ante ninguna pregunta, peor de una contra pregunta. Su tono de voz fue el mismo de principio a fin. Al final, nada dijo. Siempre se ciñó al guion: empático por sobre todas las cosas. Un presidente de cartón.
Pasada la hora de la entrevista, se apagaron las luces del set, y todos abandonaron el estudio. Eso ocurrió el jueves pasado, pero hicieron creer al público que era en vivo, que era domingo en la noche. ¡Vaya que error! Al final, llegó el apagón al barrio, todos se fueron a dormir, y al día siguiente despertaron con la misma angustia con la que se acostaron: los apagones.
Estos seudos periodistas de los diferentes medios de comunicación es más qué evidente son unos perros falderos sin ética ni moral, el daño irreversible que está sufriendo el país es incalculable, solo la estupidez del presidente y su ineptitud e inoperancia lo tienen al país en laberinto sin salida, traer barcazas chatarras no es la solución ,la contaminación qué está generando los generadores tendran consecuencias gravisimas en salud. del pueblo Ecuatoriano..
Nuestra prensa es el principal bastión de defensa de los gobiernos de la derecha neoliberal; ellos reciben su paga a cambio del silencio o de la desinformación; los dueños de los medios pertenecen al mismo grupo de multimillonarios; así que solamente están defendiendo el status quo. Lo que más me preocupa es la inmensa mayoría de ecuatorianos pobres, quienes están viviendo los momentos más difíciles de su vida, se convencen de una pseudo entrevista y hasta terminaran amando a su verdugo y votando por él en las próximas elecciones
El editorial ignora la seriedad con la que el presidente Noboa está abordando una crisis energética heredada y estructural, utilizando un lenguaje que desinforma y distorsiona su enfoque de gobernabilidad. Noboa, lejos de eludir responsabilidades, se presenta con transparencia y determinación para llevar a cabo una transformación sostenible del sistema eléctrico, un objetivo que solo un líder comprometido y visionario puede plantearse en tan poco tiempo.
Desde una perspectiva política, Noboa representa el tipo de liderazgo que Ecuador necesita, uno que entiende la complejidad de un problema arraigado en administraciones pasadas y no ofrece soluciones simplistas. En lugar de vender ilusiones, como insinúa el editorial, el presidente trabaja para devolverle al país la estabilidad energética a través de pasos técnicos y responsables. Al criticar su “empatía,” el editorial demuestra una desconexión con la realidad de una ciudadanía que necesita tanto compromiso emocional como soluciones tangibles.
El editorial también desacredita a Noboa con ataques personales y cuestionamientos infundados sobre la autenticidad de su comunicación. Este tipo de crítica, sin sustancia ni propuestas alternativas, es un intento de minar la legitimidad de un mandatario que, pese a las circunstancias adversas, ha mantenido una visión a largo plazo, apuntando a soluciones estructurales que beneficien al país en su conjunto. La crítica política debe enfocarse en las propuestas y el progreso de la administración, no en difundir dudas sin sustento que desinforman y polarizan a la sociedad.
Noboa ha demostrado ser un estadista con integridad y conciencia social, cualidades que lo separan de la retórica populista y le otorgan credibilidad y seriedad en su mandato.
No se si son imparciales, objetivos o son como son, he subido dos veces un comentario y no se publica, ¿Qué será?.
Nota de La Dirección: Ecuadorenvivo no usa ningún sistema de moderación previa de los comentarios, ni hace ningún tipo de censura, excepto cuando los comentaristas publiquen insultos inaceptables que ofenden a nuestros lectores, en cuyo caso se eliminan esos comentarios después de ser publicados.
Como segunda cuestión, nada en Ecuador funciona ni de lejos, como era hasta 2017, tres elefantes consecutivos pasando por una cristalería, no dejan cristal sano. (Elefante Moreno, Elefante Lasso y Elefante, aun transitando, Noboa).
Tercero, si es estadista, lo hace para los de arriba, perdonar 2400 millones a sus ricos, él y los de su apellido se incluyen, el IVA al 15 porciento y los combustibles subidos de precio. El tercer Elefante, no sabe hacia donde se mira desde la silla del Carondelet.
No quieren publicar la primera parte, eso no es muy de sana intención, …
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