Quito aprovecha gas metano para generar energía y enfrentar crisis eléctrica

Oct 17, 2024

En medio de cortes de energía que han dejado sin luz al país por hasta 10 horas diarias, Quito ha comenzado a generar 9 megavatios (MW) de electricidad mediante la quema de gas metano proveniente de residuos orgánicos. Esta iniciativa es el resultado de una alianza entre la Empresa Pública Metropolitana de Gestión Integral de Residuos Sólidos (Emgirs) y la empresa privada Gasgreen. La energía producida beneficiará a unos 40.000 hogares, no necesariamente dentro de la capital.

Según Santiago Andrade, gerente de Emgirs, la capacidad de generación de energía en el relleno sanitario pasó de 5 MW a 9 MW gracias a mejoras en el manejo del biogás implementadas durante el último año y medio. “Aprovechar el metano de los desechos nos permite no solo generar energía de manera estable, sino también reducir significativamente los gases de efecto invernadero”, destacó Andrade.

Impacto ambiental y sostenibilidad
El proceso ha reducido la emisión de 230.000 toneladas de dióxido de carbono (CO2), equivalente a retirar 250.000 vehículos de circulación en Quito. Además, la iniciativa cuenta con certificación internacional que permite generar bonos de carbono, los cuales pueden ser vendidos en el mercado para compensar la huella ambiental de otras empresas.



La ministra de Producción, Sonsoles García, explicó que el proceso comienza con la fermentación de residuos orgánicos en cubetos del relleno sanitario, lo que genera metano en condiciones anaeróbicas. El gas es extraído a través de pozos y tuberías hacia un sistema de secado, donde se purifica para su combustión en motores. Estos motores activan un alternador que produce electricidad. Finalmente, la energía es amplificada y transferida al Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) para su distribución a la red nacional.

La inversión en el proyecto asciende a 18 millones de dólares: 13 millones en la primera fase y 5 millones adicionales para la ampliación. Esta fuente de energía es más estable que otras tecnologías como la solar o eólica, ya que no depende de factores climáticos. La planta seguirá operando hasta diciembre de 2028, y autoridades esperan replicar este modelo en otras regiones del país mediante un manejo eficiente de los residuos sólidos.

Con este proyecto, Quito no solo enfrenta la crisis energética actual, sino que también marca un precedente en la generación sostenible de energía y la mitigación del impacto ambiental.



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