Un equipo de científicos del Reino Unido ha hecho un hallazgo significativo en la comprensión de la enfermedad inflamatoria intestinal (EII), identificando un punto débil en el ADN que está presente en el 95% de las personas afectadas por esta enfermedad. Esta vulnerabilidad permite que ciertas células inmunitarias se salgan de control, provocando una inflamación excesiva en los intestinos.
Los investigadores han encontrado que algunos medicamentos existentes podrían revertir la EII en experimentos de laboratorio. Ahora, su objetivo es realizar ensayos clínicos en humanos para confirmar estos hallazgos. Las formas más comunes de EII son la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa, que suelen aparecer en la adolescencia o en los primeros años de la adultez.
Lauren Golightly, quien fue diagnosticada con la enfermedad de Crohn a los 21 años, compartió su historia. A pesar de haber sufrido varios síntomas desde los 16 años, su condición fue inicialmente atribuida a su estilo de vida. A los 27 años, sigue lidiando con los efectos de múltiples operaciones y un estoma de emergencia. “No es la vida que aspiraría a vivir”, expresa Golightly.
Mecanismo de la enfermedad
Los macrófagos, un tipo de glóbulo blanco, desempeñan un papel crucial en la EII. Estos invaden el revestimiento intestinal, liberando sustancias químicas llamadas citocinas, que provocan una inflamación masiva. Mientras que la inflamación es parte de la respuesta normal del cuerpo a una infección, un exceso prolongado puede tener consecuencias devastadoras.
El equipo de investigadores del Instituto Francis Crick y del University College de Londres realizó un análisis genético exhaustivo que reveló un “regulador maestro” de la inflamación en los macrófagos. Este descubrimiento apunta a un gen que controla la liberación de sustancias químicas inflamatorias, y algunas personas nacen con una versión que los hace propensos a respuestas inflamatorias excesivas.
Experimentos detallados en la revista Nature mostraron que medicamentos aprobados para tratar otras enfermedades, como el cáncer, podrían ser efectivos en la EII. Sin embargo, aunque hay esperanza, no se prevé un nuevo tratamiento inminente. Los investigadores deben encontrar maneras de dirigir estos medicamentos específicamente a los macrófagos, minimizando así los efectos secundarios.
Síntomas de la EII
- Diarrea
- Dolor de estómago o calambres
- Sangre en las heces
- Sangrado rectal
- Fatiga
- Pérdida involuntaria de peso
Es importante destacar que la EII se diferencia del síndrome del intestino irritable (SII), aunque algunos síntomas pueden ser similares. Un diagnóstico de EII solo se realiza si hay inflamación en los intestinos.
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