Consumo de atún: riesgos de mercurio y sostenibilidad en debate

Oct 3, 2024

El atún es un alimento muy popular en la dieta de muchos estadounidenses, ya sea en forma de filetes, sashimi o enlatado. En promedio, una persona consume alrededor de medio kilo de este pescado al año, siendo el tercer alimento marino más consumido después del camarón y el salmón. Esto se debe a su sabor, versatilidad y bajo costo, ya que una lata puede costar desde un dólar. Pero, ¿es tan saludable como parece? ¿Qué riesgos puede tener, sobre todo por su contenido en mercurio? Y, ¿cómo afecta su consumo al medio ambiente?

El atún es una fuente importante de proteínas, minerales y vitaminas, según el dietista Chris Vogliano, de la organización Food and Planet. Es especialmente rico en selenio y bajo en grasas, aunque eso también implica que tiene menos ácidos grasos omega-3 que otros alimentos marinos. Sin embargo, no hay diferencias nutricionales significativas entre el atún enlatado, el sushi o un filete cocido, aunque la cocción o el proceso de enlatado pueden reducir ligeramente su contenido en vitamina D.

Uno de los principales inconvenientes del atún es su contenido en mercurio, un metal que se acumula en los peces grandes debido a la contaminación de los océanos. Este metal pesado puede ser dañino para la salud, especialmente en concentraciones elevadas. Aunque los casos de envenenamiento por mercurio son raros en Estados Unidos, los expertos advierten que su acumulación a largo plazo podría afectar al cerebro, sobre todo en poblaciones que consumen mariscos con regularidad.

La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) recomienda a las mujeres embarazadas y a los niños limitar su consumo de atún, sugiriendo no más de tres porciones a la semana de atún “light” enlatado o una porción de atún blanco o rabil. Los expertos sugieren que seguir estas pautas también podría ser una buena opción para la población en general.

Además del impacto en la salud, la pesca del atún tiene importantes repercusiones medioambientales. Aunque las redes de cerco, que solían atrapar delfines en las décadas pasadas, han mejorado, la pesca intensiva sigue dañando los ecosistemas, especialmente en el caso de las especies más grandes como el atún rojo, que está en peligro debido a la sobrepesca. Elegir atún capturado de manera sostenible, utilizando métodos como la caña o el curricán, puede reducir este impacto.

Para quienes desean minimizar su exposición al mercurio, las especies más seguras incluyen el listado, mientras que el atún rojo y el patudo suelen tener mayores concentraciones de este metal. Comprar productos etiquetados como sostenibles y consumir atún de manera ocasional puede ser la mejor forma de disfrutar de este pescado sin comprometer la salud ni el medio ambiente.



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