Un alarmante informe de la Dirección de Monitoreo de Eventos Adversos de la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos (SNGR) ha revelado que, desde el 1 de enero hasta el 27 de septiembre de 2024, se han registrado 3,496 incendios forestales en Ecuador. Estos siniestros han devastado 39,782.59 hectáreas de cobertura vegetal, y para controlar la situación se han utilizado más de 1.2 millones de litros de agua.

El informe destaca que la creciente frecuencia y duración de las olas de calor, exacerbadas por el cambio climático, no solo han intensificado los incendios, sino que también están perjudicando la calidad del aire, afectando así la salud de la población.

La sequía y los cortes eléctricos no son los únicos problemas del sector agropecuario

Las provincias más impactadas por los incendios son Loja, Azuay, Pichincha, Carchi, Cotopaxi, Imbabura, Chimborazo y Guayas, donde se han perdido más de 1,000 hectáreas. También se han reportado daños significativos en El Oro, Cañar, Tungurahua, Esmeraldas, Bolívar, Manabí y Santa Elena, con pérdidas superiores a 100 hectáreas.

Las consecuencias de estos incendios han sido devastadoras. Hasta la fecha, 39 personas han resultado heridas, y un total de 250 familias se han visto afectadas, con 241 damnificados y 824 personas impactadas directamente. Además, más de 4,250 animales han sufrido daños, mientras que más de 44,700 han muerto a causa de las llamas.

La evaluación de la SNGR también reporta que 7 bienes públicos y 67 bienes privados han resultado dañados, con 2 instalaciones públicas y 88 privadas completamente destruidas. La situación continúa siendo crítica, y se requiere una respuesta efectiva para mitigar el impacto de estos desastres ambientales.