Los precios del café están en aumento, y algunos podrían enfrentar pronto la perspectiva de pagar hasta 7 dólares por una taza en ciudades como Nueva York. Este incremento es el resultado de una combinación de factores económicos y ambientales que han golpeado las principales regiones productoras de café.
En 2021, una helada inusual devastó los cultivos de café en Brasil, el mayor productor mundial de granos Arábica, esenciales para el café de barista.
La escasez resultante llevó a los compradores a buscar en Vietnam, el principal productor de Robusta, utilizado comúnmente en mezclas instantáneas. Sin embargo, los agricultores vietnamitas también enfrentaron una grave sequía, lo que redujo aún más la oferta.
El cambio climático ha agravado la situación, impactando el desarrollo de las plantas de café y forzando a los agricultores a diversificar sus cultivos.
En Vietnam, muchos están reemplazando los cultivos de café con durián, una fruta amarilla con un olor intenso que está ganando popularidad en China debido a su rentabilidad.
Las exportaciones de café Robusta de Vietnam cayeron un 50% en junio, y las existencias están casi agotadas, según la Organización Internacional del Café. Mientras tanto, los precios de los granos de café Arábica y Robusta están alcanzando niveles históricos.
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El aumento de precios afecta a diversas áreas. Paul Armstrong, de Carrara Coffee Roasters en el Reino Unido, predice que los precios podrían superar los 6,50 dólares por taza.
Sin embargo, la consultora Allegra Strategies sugiere que el café de gran volumen y los productos de menor calidad verán mayores incrementos de precios, mientras que el café de especialidad podría ser relativamente más económico debido a las diferencias en costos de producción.
El futuro del café sigue siendo incierto. La próxima cosecha en Brasil será crucial para determinar si los precios podrán estabilizarse.
Además, el cambio climático sigue representando un desafío significativo para la industria del café. Las predicciones sugieren que, incluso con una reducción drástica en las emisiones de gases de efecto invernadero, la superficie adecuada para el cultivo de café podría reducirse a la mitad para 2050.
Como medida a largo plazo, algunos proponen una “tasa verde” para apoyar a los agricultores en la adopción de prácticas agrícolas sostenibles.
Mientras tanto, los consumidores deben prepararse para posibles aumentos en el precio de su café, reflejo de una industria en medio de una crisis global.
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