Juan Carlos Rueda, exdirector de la Unidad de Lucha Contra el Crimen Organizado y excomandante del Distrito Metropolitano de Quito, denunció que se intentaba “justificar a ultranza” el éxito de una política de seguridad que, según él, estaba mostrando resultados negativos, particularmente en la lucha contra el crimen organizado, durante el Gobierno de Rafael Correa.
Mencionó la investigación del académico Arduino Tomasi, de la Universidad de Chicago, sobre más de 7.000 muertes violentas cuyas causas no se determinaron, sugiriendo que este fue uno de los indicios del fracaso de la política de seguridad en Ecuador.
Entre las medidas que facilitaron la infiltración del narcotráfico, Rueda destacó la salida de la Base de Manta y la desarticulación de la Unidad de Investigaciones Especiales, lo que dejó al país con pocas herramientas para enfrentar al crimen organizado.
El exdirector criticó las cifras de seguridad que mostraban a Ecuador como el segundo país más seguro de la región durante el gobierno de Correa. Según él, esas cifras fueron manipuladas y encubrían acuerdos oscuros que favorecieron al narcotráfico. Además, señaló que, en ese período, ya había sospechas de que las campañas políticas, especialmente la de Revolución Ciudadana, recibían financiamiento del narcotráfico y de las FARC.
Rueda también advirtió sobre la creciente presencia de carteles como el de Sinaloa y las disidencias de las FARC en Ecuador, lo que se incrementó tras los diálogos de paz en Colombia.
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