El Tribunal de Contencioso Electoral, TCE, acaba de destituir a la “Liga Azul”, conformada por Augusto Verduga, Yadira Saltos, consejeros en funciones del CPCCS y a los suplentes Marisol Párraga y Eduardo Franco, este último posesionado por unas pocas horas por la Asamblea Nacional. La falta cometida fue una infracción electoral grave que consistía en haber sido patrocinados por el partido Revolución Ciudadana y usar sus colores, además de el auspicio público y descarado de un ciudadano prófugo de la justicia sin derechos políticos. Partiendo del precedente que los candidatos al CPCCS deber ser independientes y no mostrar afinidad política a ningún partido. Por las mismas causales, Alembert Vera, presidente del CPCCS, fue destituido el año pasado, pero en su caso lo destituyó la Corte Constitucional.
Otro caso, dentro de este contexto, fue el de hace unos meses, cuando el TCE también sancionó al alcalde de Quito, Pabel Muñoz, por infringir la norma que prohíbe a funcionarios públicos hacer proselitismo político, a sabiendas que fue público y notorio ver al alcalde junto a la candidata de presidencial de su partido, Revolución Ciudadana, Luisa González.
En definitiva, existen claros precedentes de infrigimiento de las normas electorales que, se supone que el Consejo Nacional Electoral debe vigilar y sancionar a quienes no lo hagan. Si estos tres casos, los personajes involucrados fueron sancionados, por otros organismos, es porque se reconoce que cometieron una falta electoral. Es decir, que los infractores cometieron sus faltas a vista y paciencia del CNE.
Para las elecciones del 2025, el CNE ha informado que no puede controlar (o no quiere) la publicidad que se haga en las redes; es decir, que todos los candidatos tienen la puerta abierta para hacer lo que quiera (o sea los que pueden pagar) de publicidad, con quien quiera (servidores públicos o delincuentes sentenciados). Parecería entonces que al CNE no le importa la opinión de otras instituciones y, contrariamente a mostrarse más cauto, vuelve a reafirmar su conducta permisiva de otras elecciones. Si el CNE incurre en sus mismas prácticas y permite el cometimiento de estas infracciones, entonces: ¿quién sanciona al CNE?
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