Conforme se abordó en el artículo del domingo pasado, hay una serie de aspectos importantes a considerar para lograr inversión pública de calidad en sectores estratégicos.
Se analizó la rentabilidad económica y social, así como la importancia de alinear la inversión pública con la planificación nacional y sectorial para garantizar un impacto positivo y duradero.
Un tercer criterio es la adecuada identificación de factores de riesgo en los proyectos de inversión pública, para canalizar los recursos estatales a aquellos de poca incertidumbre o bajo riesgo, e invitar al sector privado para las inversiones de mayor riesgo, lógicamente contemplando condiciones apropiadas especialmente de seguridad jurídica.
El Gobierno Nacional debería invertir los recursos públicos donde exista potencial de alta rentabilidad sustentado en cifras y conocimiento técnico suficiente para una adecuada gestión de los factores de riesgo asociados. En el sector hidrocarburífero por ejemplo, el estado podría invertir en campos petroleros operativos con altas reservas probadas, con pozos en producción y caracterización del recurso como es el caso del campo Sacha.
Mientras tanto, para proyectos de alto riesgo como una nueva refinería, un complejo petroquímico, o la exploración offshore de gas natural, resulta conveniente para el país efectuarlo con inversión privada.¿Por qué los gobiernos de t urno insisten en que el sector privado invierta en áreas que yason rentables para el estado, en lugar de abrirles la puerta para nuevas inversiones de riesgo?
Un cuarto aspecto importante es la transparencia y buen uso de los recursos públicos de inversión. Este punto demanda profundizar el análisis ya que evidentemente en el Ecuador los escándalos de corrupción se han convertido en el pan de cada día especialmente en sectores estratégicos, y cada gobierno deja una estela fétida que la ciudadanía percibe, pero no la ha sabido castigar con su voto al momento de las elecciones.
Para operativizar las inversiones en sectores estratégicos, es importante contar con empresas públicas (EPs) sólidas, eficientes, altamente profesionalizadas, que cumplan su misión y objetivos. Lógico que para ello se requiere recursos económicos estatales.
Entonces ¿por qué los diversos gobiernos toman el dinero de las EPs rentables hasta el punto de dejarlas sin el capital operativo que requieren para funcionar normalmente? ¿por qué se designan como gerentes de las EPs a personas que no tienen las credenciales profesionales necesarias? ¿por qué no se exige que estos gerentes previo a su designación
se sometan a pruebas de integridad o confianza para prevenir conflictos de interés y actos corruptos a futuro? ¿ por qué no se demanda el cumplimiento de objetivos concretos o la dimisión inmediata de quienes ocupan cargos gerenciales en esas EPs? El día que un gobierno, de verdad tenga la decisión de generar un nuevo Ecuador de
bienestar para sus ciudadanos, deberá dar respuesta a estas reflexiones y comprender que la inversión pública y privada son dos caras de la misma moneda.
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